Por fin le llegó el momento. Está a punto de coger un vuelo a Buenos Aires para concentrarse con la selección.

Cumplo un sueño. Estoy ilusionadísimo. Se dio lo que buscaba desde hace tiempo y ahora se trata de aprovecharlo.

Desde luego, no parece el mejor momento para debutar.

La cosa está complicada, pero esperemos que a partir de ahora el ambiente dentro y fuera de la cancha sea el mejor: eso es lo que nos va a ayudar a meternos en el Mundial.

¿Quién le llamó para darle la noticia? ¿Cómo se sintió?

Con mucha ansia. Lo he manejado con tranquilidad, porque a veces los nervios te pueden jugar una mala pasada. Estoy feliz y lo que espero es no salir más de las convocatorias.

¿Olvidó ya lo de Sevilla?

No... Fue un partido duro. Es un campo donde la gente anima tanto que acaba por multiplicar los esfuerzos del Sevilla. Allí es muy fuerte. No hay que darle más vueltas porque nos lo dejamos todo en el césped.

¿No se vio a un Madrid con poca capacidad de reacción?

La tuvimos hasta el empate, pero la verdad es que no supimos encontrar las armas que habíamos tenido otras veces. Es la primera derrota, llevábamos una racha muy buena...

¿El juego irregular es culpa de las rotaciones?

Yo las rotaciones no las veo mal. Si no, es algo que luego te pasa factura. No creo que perdiéramos por las rotaciones, porque hasta ahora veníamos ganando. No hay que alarmarse tanto. Esto es muy largo, queda mucho y creo que vamos por buen camino.

Es extraño que hable usted bien de las rotaciones cuando ni siquiera parece entrar en ellas. En los últimos tres partidos desapareció del once.

Yo estoy bien. Y más tras haber sido convocado con la selección, que es una de las cosas que más me preocupaban. En Sevilla pude jugar casi todo el segundo tiempo...

Y se le vio acelerado, como queriendo demostrar cosas rápido. ¿Así es complicado?

Lo de jugar o no son decisiones del técnico, no mías. Yo estoy trabajando para entrar en el equipo cada vez más.

Se lo pregunté en nuestra última entrevista y vuelvo a hacerlo. ¿Cree que ser un fichaje de Calderón es un hándicap que provoca que usted acabe jugando menos?

Yo desde que vine a este club siempre he tenido las cosas muy difíciles y no voy a bajar los brazos ahora. Siempre trabajé para sobreponerme y cumplir mis objetivos y esta temporada no va a ser distinta. Estoy con la cabeza puesta en hacer lo mejor para el Madrid, como siempre.

¿Qué puede hacer entonces para conseguir que a Pellegrini le tiemble menos la mano al sentarle a usted que a Benzema?

(Risas). La medicina para salir beneficiado en las rotaciones es el trabajo duro. No hay otra.

¿Se estrelló el Madrid porque faltaba Cristiano?

Cristiano es un jugador muy importante para nosotros, pero eso no quita para que el equipo no sufra cuando él no esté. Por eso precisamente tenemos una plantilla amplia y de calidad. El problema fue más el gran rival.

Y el balón parado.

De eso no quiero hablar. Veníamos haciendo un gran trabajo, con mucho tiempo sin recibir goles, y no me gusta justificar las cosas. Aquí ganamos todos y perdemos todos. Aún aspiramos a ganarlo todo.