Sergio Busquets se ha convertido en una de las grandes sensaciones del Barcelona en este inicio de temporada. Fuerte y frío en el centro del campo, el catalán se ha convertido en una de las referencias del equipo, como escudo de las acciones de ataque de sus compañeros y dando más libertad a Xavi Hernández en la creación del juego colectivo. Con contrato hasta el próximo 30 de junio, los ejecutivos del club pretenden ampliarlo y mejorarlo de manera sustancial para evitar sorpresas y que acabe saliendo por la puerta de atrás.

Por ese motivo, Josep María Orobitg, agente del futbolista, espera que la próxima semana Txiki Begiristain se ponga en contacto con él para comenzar a charlar sobre el tema. Según ha podido saber AS, los ingresos del futbolista a día de hoy son más bien ridículos (unos 30.000 euros), teniendo en cuenta la responsabilidad que tiene y los galones que Pep Guardiola le ha entregado desde el primer día.

El canterano sabe que hay clubes interesados en hacerse con sus servicios, algo que le halaga, pero no le despista. A día de hoy está cumpliendo su sueño: jugar en el mismo estadio que hizo mediático a su padre, el portero Carles Busquets, y en el que él pasó muchas tardes. Quiere triunfar como culé, pero el club deberá hacer un esfuerzo.

Víctor Muñoz pretendió llevárselo al Getafe

Sucedió días antes de que comenzara la temporada, cuando Víctor Muñoz meditó la posibilidad de llevarse a Busquets para que formara parte de su primer proyecto en el Coliséum Alfonso Pérez, en Getafe. Pese a los informes y a sus intenciones, el técnico aragonés descubrió que sus intenciones quedarían tan sólo en eso, puesto que Pep Guardiola iba a utilizar al futbolista en partidos importantes desde el principio. Así, Sergio, al que también pretendieron otros equipos, se encontró con la enorme alegría de poder continuar su carrera en el Camp Nou, plaza muy querida y de la que ya comienza a recibir el cariño deseado.