Noche de Pavones en el Bernabéu. Pero de primera generación, de los paridos en la Fábrica de la vieja Ciudad Deportiva antes de finalizar el siglo XX. Ante el Dinamo de Kiev todos los ojos estarán puestos en Raúl González, que cumple su partido oficial número 500 con la camiseta blanca, e Iker Casillas, que a sus 23 años ya alcanza los 250. Al más curtido de los dos, al capitán, le salieron los dientes en un campo de fútbol el 29 de octubre de 1994. Fue en La Romareda. Dos metros de portero delante: Andoni Cedrún. Raúl, con sólo 17 añitos, dejó en el banquillo a una leyenda del club como Emilio Butragueño. Aquel delantero enjuto no marcó, pero tuvo seis ocasiones, hizo desmarques explosivos y habilitó a Zamorano en un gol del chileno. Valdano siguió apostando por él y una semana más tarde le clavaba al Atlético un golazo por la escuadra (4-2). Y hasta hoy.
Ferrari.
De la enorme fiereza competitiva de este futbolista duracell (Hierro lo apodó el Ferrari) pueden dar fe hasta diez entrenadores: Valdano, Arsenio, Capello, Heynckes, Hiddink, Toshack, Del Bosque, Queiroz, Camacho y García Remón. Todos lo han mantenido como titular indiscutible, aunque haya tenido que buscarse la vida en la banda izquierda (cuando en punta jugaban juntos Suker y Mijatovic) o sobreviviendo a dos Balones de Oro (Ronaldo y Owen).
Ante los ucranianos de Kiev, que nos suenan por una exhibición portentosa ante el Atleti en una final de la Recopa (3-0) y por haber puesto en el escaparate a esa pantera rubia llamada Shevchenko (quien, por cierto, inició su leyenda en 1997 logrando un hat-trick histórico ante el Barça en el Camp Nou, 0-4), Raúl querrá reivindicarse de nuevo en la competición que le ha consagrado en los altares del madridismo. Tres Champions (1998, 2000 y 2002) y a sólo dos goles de igualar el récord del venerado (con justicia) Alfredo Di Stéfano. Raúl alcanza los 500 partidos a diez días de su décimo cumpleaños como jugador blanco. Añádanle los 80 encuentros con la Selección española. Hagan la media. No hace falta calculadora. Portentoso: 58 partidos oficiales por cada año natural. Y lo que le queda. Renovó hasta 2010 y sólo tiene 27 años.
Iker Casillas, favorecido por su condición de portero, lleva camino de pulverizar todos esos registros. El canterano llegó al Madrid en un parto con dolor, provocado por la megacrisis vivida en el club en el otoño de 1999 tras el despido de Toshack y la goleada del Zaragoza en el Bernabéu (1-5). Bizzarri naufragaba y Del Bosque se atrevió con un niño de 18 años. Iker tuvo algún titubeo inicial (aquel gol de Djalminha...), pero dejó a Europa boquiabierta con dos actuaciones esplendorosas en Trondheim y Old Trafford. En París, ante el Valencia, levantó la Octava dejando virgen su portería (3-0). Dos años más tarde conquistó su segunda Champions y emocionó a España entera con un cuarto de hora heroico ante el Bayer. Y súmenle dos Ligas, una Intercontinental... Florentino debe meditarlo. Acaba en 2006 y en Europa no se ve a arquero alguno que pueda mejorarle.
