¿Ya se ha adaptado al fútbol y a la vida española?

Sí, y muy bien. Comprendo mejor el idioma y la mentalidad de esta Liga. Estoy realmente adaptado. Me encanta España. Ya ha pasado el tiempo suficiente para aprender. No ha sido fácil y ha habido ratos malos porque esta lengua no es nada sencilla de asimilar.

¿Le gusta Madrid?

Mucho. Y las españolas más. Yo soy musulmán y puedo tener cuatro mujeres... (risas). ¡Es broma, eh! Estoy soltero.

¿Está estudiando español?

No. Lo aprendo cuando hablo con la gente. Es la fórmula más rápida para entenderlo.

Hablemos de fútbol. ¿Ha mejorado su rendimiento?

Estoy más cómodo que al inicio. Ahora me encuentro fenomenal. Me ha costado, pero en el momento más importante he vuelto a ser aquel Diarra por el que apostó el Madrid.

¿Qué le pasaba al principio?

Cuando cambias de país necesitas un tiempo de adaptación de unos cuatro o cinco meses. Ahora ya entiendo vuestra forma de ser. Lo que os gusta y lo que no. (Aparece Robinho, interrumpe la entrevista y comienza a tararear una canción con ritmos brasileños que él compuso para Diarra y que la plantilla le suele cantar. El malí sonríe y se pone a bailar).

¿Le perjudicaron compañías como las de Cassano?

No es verdad. Al contrario. Antonio ha sido bueno para mí. Es un gran tío. Me llevo bien con toda la plantilla y nadie me ha perturbado. Al revés, me ha ayudado a integrarme. Ya soy mayorcito y no hago nada que no quiera. También se dijo que me afectó el Ramadán pero, ya le digo, fue la adaptación.

¿Se esperaba que el vestuario del Madrid fuera así?

Sí. Está muy unido. Ahora somos realmente un grupo. En ese aspecto hemos mejorado mucho. Tenemos una mentalidad muy fuerte como equipo y eso es fundamental para estar ahora líderes. Sin esa actitud, ganar al final ante el Espanyol o el Recre no hubiera sido posible. Antes hubiéramos caído.

¿Qué jugadores han sido claves para levantar el ánimo?

Todos hablamos mucho y nos animamos, aunque está claro que los capitanes tienen mucho peso. Raúl e Iker no paran de animar. Guti no habla mucho pero es muy claro... De este vestuario sólo conocía a Casillas. Jugué contra él dos veces. Nunca le marqué y siempre perdí. Con la Sub-17 y con la Sub-19. No pasa nada, ya le dije que en el Mundial de 2010 Mali ganará a España.

¿Le afectaron las críticas?

No. Me dan igual, aunque muchas fueron justas. No veo los periódicos ni la tele por los problemas con el idioma. Es mejor así, porque con la repercusión que tiene el Madrid me podría volver loco.

¿Qué ha cambiado en el equipo para ser líderes?

La mentalidad y el trabajo. Hemos cambiado la manera de entender los partidos y tenemos un espíritu ganador.

¿Qué parte de culpa ha tenido Capello en este cambio?

Mucha. Ha transformado al equipo. En la forma de pensar y en la manera de trabajar en los entrenamientos. Ahora hay mucha alegría y dan ganas de que los entrenamientos no se acaben nunca. Fabio ha cambiado la manera de actuar con el equipo. Confía mucho en nosotros. Si no está conforme con algo lo dice y se señala como el primer culpable.

¿Y el bajón del Barça también ha influido en la trayectoria ascendente del Madrid?

También. La mentalidad que nos ha hecho cambiar a nosotros para mejor es lo que les ha faltado ahora a ellos en algunos momentos. Pero, aun así, son un gran conjunto y aún pueden pelear por la Liga.

¿Debería quedarse Fabio si el Madrid gana la Liga?

Espero que sí. Se lo merece porque ha superado lo más duro y nos ha enseñado a competir de otra manera. Eso hay que reconocérselo, porque lo ha logrado él solito. A todo el Madrid le gustaría que se quedara Capello. O al vestuario por lo menos. Seguirá aquí, y si es así, ganaremos la Champions. Si viene otro técnico será más difícil porque tendría que adaptarse al equipo. Fabio ya nos conoce. Estamos habituados a él.

¿Qué pensó cuando Uche empató el partido en Huelva?

(Se echa las manos a la cabeza). Creía que se escapaba la Liga. Viví la jugada con mucha tensión. Vi pasar el balón en el córner, miré a Roberto Carlos y pensé: "¡Pero a qué esperas! ¡Que se anticipa!". Y así fue. Una locura. No entendía nada. No había explicación. En ese momento sentí que se caía el mundo sobre mí. Me di cuenta de que la grandeza del fútbol es que todo es posible.

¿Y cuándo marcó Roberto Carlos que hizo?

Creía que me iba a dar un infarto. Respiré aliviado. Me fui hacia él y le dije: "¿Por qué ha esperado tanto en meterla? No me hagas sufrir así. Roberto, chuta antes por favor".

¿Está teniendo suerte el Madrid?

Sí, sí, buena suerte. Pero nadie nos ha regalado nada esta temporada. Sin trabajo de por medio nada hubiera sido posible.

¿Ve a Roberto Carlos con la fuerza suficiente como para seguir en el Madrid?

Por supuesto. Todavía está muy bien. Es brasileño y ellos son duros. Lo resisten todo. Tengo mucha confianza con todos los brasileños del equipo y todos tienen una fuerza descomunal. A Roberto Carlos aún le queda mucho fútbol.

¿Y a Beckham?

También. ¡Cómo la pone! Es una pena que no se quede porque es muy importante para nosotros.

¿El gol de Roberto al Recre puede valer la Liga?

Ya se verá. Pero la Liga no sólo se ganará por ese gol, sino por los de Van Nistelrooy, Higuaín, Raúl... Aún quedan tres partidos importantes y debemos ir paso a paso.

¿Cuál de ellos le preocupa más?

El próximo. El del Depor. Si ya pensamos en el Zaragoza seguro que nos darán un buen susto.

¿Sueña con ganar la Liga?

Sí, cada día. Y que voy a Cibeles. Lo hago cuando duermo, al levantarme, en Valdebebas. Aunque también es cierto que alguna vez tengo pesadillas con no lograrla...

¿Cómo vive Mali el hecho de que usted o Kanouté puedan ganar la Liga española?

En Mali son todos del Madrid. Ven todos los partidos. Con Kanouté hablo cuando puedo porque siempre tiene el móvil apagado. Es la leche... (risas).

Salif Keita fue el primer malí en jugar en esta Liga (en el Valencia). ¿Le dio consejos antes de venir?

Él y otros jugadores como Kanouté me ayudaron mucho y me ha servido para adaptarme cuanto antes.

¿Qué le gusta hacer cuando sale de Valdebebas?

Comer. Aquí todo es exquisito. Me gusta escuchar música de Mali y R&B. El flamenco no me gusta nada. Lo de las palmas no lo entiendo.