Celso Borges debuta con un doblete y mete en un lío al Rayo

Era la noche de los porteros. Arrancó con el homenaje al guardameta que más partidos ha defendido la camiseta franjirroja en Primera, Wilfred, pero fue Toño quien le rindió el mejor tributo con un abanico de paradas que no obtuvo la recompensa del triunfo, que se resiste en Vallecas desde el pasado 23 de noviembre.

El Rayo comenzó dominando y Fabricio mandó a córner una arrancada de Baptistao, que encontró en Kakuta a su mejor socio. No tardaría mucho en llegar el 1-0. El Depor se aliaba con la suerte, después de que un despeje de Toño rebotara en el debutante Borges.

Los franjirrojos vivían una situación familiar, tocaba remar a contracorriente. En esas turbulencias, Trashorras y Bueno fueron el salvavidas. Un centro del gallego, al que no llega Baptistao, lo cazó Bueno con la zurda. Más tarde, Lopo quiso redimirse tras su fallo en el empate y a punto estuvo de hacerlo, de espuela, en un córner botado por los visitantes. Cavaleiro ponía la esencia, el talento, la calidad. Pero ahí estaba Toño, dispuesto a congelar el corazón de los vallecanos. Primero detuvo un disparo de José Rodríguez, instantes después lo hizo con Borges al filo del descanso.

El larguero también quiso tomar partido y repelió un disparo de Cavaleiro justo en el inicio de la segunda mitad (53’). Minutos después, Prieto Iglesias anuló un gol a Kakuta por fuera de juego de Bueno. Un nuevo presagio de lo que estaba por llegar... Agarrón de Abdoulaye dentro del área a Sidnei y Borges, dando un paso al frente, dispuesto a llevarse el doblete de Vallecas. De nuevo Abdou cometiendo una pena máxima ante el Depor (en Riazor ya le costó el empate en el 95’). Cual Déjà vu.

El gol fue un balón de oxígeno para el conjunto visitante que se fue apoderando del partido. Toño sacó con los pies un disparo de Cuenca en el 80’, con los puños otro centro cuatro minutos después. Pero los blanquiazules ya se habían aferrado a su botín.