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Villarreal-Real Madrid | El perfil | Miguel Ángel Lotina

Diálogo, tablas y recursos

Sus descensos ocultan injustamente sus éxitos

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Diálogo, tablas y recursos

Miguel Ángel Lotina es uno de los poquitos técnicos que superan los 400 partidos en Primera, y eso ya habla de su trabajo por sí solo. Nacido en la pequeña localidad vizcaína de Meñaka, en la que se refugia siempre que puede, es el menor de ocho hermanos y fue cocinero antes que fraile. Su techo como delantero peleón se quedó en una veintena de partidos en Primera con el Castellón y tres goles. Sin embargo, tanto su carrera como jugador como sus inicios como entrenador están vinculados al Logroñés. Se curtió durante diez años en Tercera, Segunda B y Segunda, adquiriendo una sólida experiencia que le ha servido, entre otras cosas, para tener siempre los pies muy pegados al suelo.

Su primer gran éxito fue el matagigantes Numancia, con el que hizo historia en la Copa en la 95-96. Llegó a Osasuna en la 99-00 y ascendió a Primera, categoría que no ha dejado desde entonces. Siempre se ha caracterizado por ser un hombre de club, adaptándose a las limitaciones económicas sin levantar la voz.

Estilo.

Sabe amoldarse a las plantillas y su apuesta futbolística de partida suele ser un 4-2-3-1. Su leyenda, como la de otros técnicos, ha sido durante muchos años la de un entrenador conservador, pero poco tiene que ver con la realidad. Lotina es un técnico flexible, lo que a la vez ha sido uno de sus defectos. En su primer año en el Deportivo tuvo al equipo en descenso y estuvo al borde del cese hasta que apostó por una defensa de cinco que le llevó a rozar Europa la misma temporada. Esa misma polivalencia también le ha hecho, por momentos, sembrar dudas entre algunos de sus jugadores al variar con frecuencia de esquema cuando el barco no funcionaba

Pero por encima de todo, Lotina es un hombre de fútbol al que le gusta el diálogo y las cosas claras. Escucha, a veces demasiado, y siempre intenta explicar sus decisiones. Sus modos afables han sido confundidos en muchas ocasiones con un carácter blando, al igual que su fama de soso dista kilómetros de la realidad.

Recorrido.

Su dilatada carrera ha generado corrientes de apoyos y críticas, y muchas veces una leyenda negra injusta. Se le recuerdan sus descensos con la Real Sociedad y el Deportivo, se le atribuye el del Celta (fue cesado fuera de descenso) e incluso un 'casi' de aquel Espanyol que se salvó con el gol de Coro. Al mismo tiempo se obvian sus ascensos a Primera con el Numancia y Osasuna, la Copa del Rey del Espanyol de 2006, ser el único técnico que clasificó al Celta para Champions o lograr jugar la UEFA con un Deportivo en descomposición.

La filosofía del Villarreal se adapta mucho más de lo algunos piensan a su ideario futbolístico, limitado a veces por sus plantillas. Es un amante secreto del 4-3-3 y su admiración se dirige hacia Cruyff. Su premisa es el orden y luego, el balón. En el vestuario le gusta conocer el pulso de los veteranos y sobre el campo se apoya en jugadores de carácter. Su prolongación en el Celta se llamaba José Ignacio y Lopo fue su estandarte tanto en el Espanyol como en el Depor. Motivación no le va a faltar en el Villarreal, porque con luces y sombras, sabe que un nuevo traspiés sería el adiós casi definitivo al fútbol de élite español.