Lejos de convertirse en un icono de la afición y en una piedra angular en el proyecto deportivo del Espanyol, Shunsuke Nakamura está haciendo números para engordar la lista de fichajes desilusionantes del cuadro perico. El japonés ha participado en diez encuentros de Liga -la mayoría de ellos saliendo de suplente- y su efervescencia se ha evaporado sentado en un asiento del decoroso banquillo de Cornellà-El Prat. El japonés, consciente de que las expectativas creadas no se corresponden con la realidad, comentó ayer a la prensa de su país y a algunos medios españoles que "no pensaba que iba a ser tan difícil la adaptación. Sabía que jugar en el Espanyol esta temporada iba a ser complicado porque hay futbolistas de mucha calidad".
Son varios los factores que han provocado esta decepcionante situación. El encuentro de la inauguración del nuevo estadio, celebrado el 2 de agosto, fue el punto culminante de un futbolista elegante, de toque corto y de gran lanzamiento, pero que no ha logrado convencer a Mauricio Pochettino ni asimilar los conceptos tácticos del equipo. Varios compatriotas del centrocampista consideran que Nakamura no se ha adaptado al estilo "directo" del juego del Espanyol, y que su mayor virtud, como se ha visto en contadas ocasiones, es el juego raso y la constante participación. "Quiero rendir al máximo y espero poder tener más minutos. Cuando pasen estas fiestas, quiero que el club me ayude a buscar soluciones", argumentó.
El propio Mauricio Pochettino, ayer en conferencia de prensa, reforzó la tesis del japonés: "Creo es que un problema de comunicación y cultural. Estamos hablando mucho con el club para ver cómo se le puede ayudar y encontrar una solución. La adaptación al fútbol español está siendo más larga de lo previsto".
Que Nakamura funcione dentro del equipo sería una gran noticia deportiva y económica para el Espanyol, pues su fichaje no sólo se basa en criterios deportivos, sino, en mayor medida, en la apertura perica en el mercado asiático y en el tirón mediático de la estrella futbolística de su país. El jugador busca una ubicación y el Espanyol está por la labor de echarle una mano. 2010 puede ser su año de adaptación.
