A los surafricanos de Madrid les supo a poco el empate

Copa Confederaciones | Suráfrica - Irak

A los surafricanos de Madrid les supo a poco el empate

A los surafricanos de Madrid les supo a poco el empate

dani sánchez

"Tuvimos más ocasiones", se lamentó el embajador.

Estaban prácticamente todos los que son. Al medio centenar de surafricanos que vive en Madrid, de unos 700 que hay en toda España, les unió, en la calurosa tarde de ayer, el fútbol. Nadie quiso perderse el debut de su selección en la Confecup, el primer gran ensayo ante el mundo antes del Mundial de fútbol que se celebrará dentro de un año en su país. Reunidos en un pub de la calle Velázquez, Bo Finn, la entregada afición surafricana, encabezada por su embajador, Vusi Bruce Koloane, intentaba aplacar sus nervios del debut ante Irak a base de gazpacho, tortilla española, jamón, empanadillas, croquetas, brochetas de carne y bebidas variadas, entre las que destacaba el vino surafricano.

Eran las cuatro de la tarde y los nervios se palpaban en el ambiente. El embajador, Vusi Bruce Koloane, con los ojos humedecidos tras oír el himno de su país, reconocía: "Va a ser un partido duro porque Irak hace un fútbol muy físico". La hinchada, representada casi a partes iguales por surafricanos negros y blancos, vivía los primeros minutos con tensión, pero empezó a soltarse tan pronto como se sucedieron las ocasiones surafricanas. El que más ovaciones arrancó fue el centrocampista Modise. "Está siendo uno de los mejores y juega como Iniesta y Xavi", puntualizó Koloane, al tiempo que negó cualquier tipo de abucheo al defensa blanco Booth. "No son abucheos, lo que pasa es que el público corea su nombre, Booth, Booth". Las ocasiones se sucedieron, pero el gol no llegó y el empate supo a poco: "No estoy contento, tuvimos más ocasiones", reconoció Koloane algo enojado. Pero enseguida se dibujó una sonrisa en su rostro: "Ahora toca ver a España".

El 'vuvuzela' sonó como en Suráfrica

Es el último invento de la afición surafricana, el vuvuzela, sonó ayer con el mismo ímpetu tanto en el Ellis Park de Johannesburgo como en Madrid. Traído desde Suráfrica, esta especie de trompeta de plástico amarillo y verde, que apenas cuesta un euro, lució en pleno barrio de Salamanca. Con el vuvuzela, los surafricanos se sintieron un poco más como en casa.