Lo del Barcelona ya no es miedo, es terror

Liga BBVA | Así lo vio la prensa de Cataluña

Lo del Barcelona ya no es miedo, es terror

Lo del Barcelona ya no es miedo, es terror

reuters

Las derrotas pesan, pero mucho más la sombra del Madrid

Es tan grave empatar en campo del Betis, perder con el Espanyol en casa y en el Calderón? ¿Hasta qué punto el antes imponente Barça ha bajado su nivel para sumar sólo uno de los últimos nueve puntos? ¿De verdad está en crisis como tituló ayer en su portada Sport? Estas y otras preguntas que se plantean en Barcelona sobre el momento azulgrana tienen varias respuestas. La que no admite duda es que lo peor es que el Madrid está a cuatro puntos. Eso es lo mortificante.

"Si el mejor Barça de la historia tiene a un Madrid que no es el mejor de la suya a sólo cuatro puntos, ¿qué nos está pasando?". Esta cuestión flotó ayer en una de las mil tertulias que en radios y televisiones de la Ciudad Condal giraron en torno a la Liga. Hubo más. Como "¿qué será del Barça si acaba perdiendo esta Liga, precisamente ésta?" Sí: mientras el Madrid recortó a diez puntos, la película barcelonista fue de un cierto suspense; cuando se puso a siete derivó en intriga. Ahora que está sólo a cuatro es puro terror. O mejor: snuff movie, donde la tortura es real, de Real Madrid. El culé no tiene miedo: ¡es presa del terror! Blanco.

Porque en clave blanca está la mayoría de reflexiones. El come-come aquí es que el Madrid está muy cerca. Durante siete jornadas, el equipo de Juande ganó y el Barça, también. A la octava recortó dos puntos. "A este ritmo nos pillan en agosto", era la respuesta en clave de humor del barcelonismo. Hasta entonces, los partidos de Messi y compañía sólo tenían un secreto: por cuántos goles ganarían. Pero en sólo dos semanas, el Madrid recortó 8 de los 12 puntos que tuvo en contra. El Tourmalet azulgrana fue contra Betis, Espanyol y Atlético. ¿Cómo imaginarlo?

El Mallorca.

Barcelona busca responsables a la cuesta abajo del equipo de Guardiola. Muchos disparan contra Etoo y Laporta. El principio del fin del equipo de Ronaldinho llegó tras la gran rajada de Samuel en Vilafranca, donde llegó a llamar "mala persona" a Frank Rijkaard. Aquel Laporta del "¡que no estamos tan mal, hombre! fue la antesala de la despedida de su equipo de Liga y Champions, el año pasado.

"En cuanto hablan la fastidiamos", dijo ayer a AS un ex directivo del propio Laporta. Volvieron a hablar. Etoo para decir que en el Barça sólo trabaja; Laporta para justificar que hubiera gestionado la venta del Mallorca. Un ex directivo nos hizo ver que esa ocurrencia del presidente choca contra el espíritu y la letra de los estatutos del club: "Ayuda a vender un club rival que ¿hasta dónde mejoraría con la llegada de un nuevo propietario? ¿Queremos al Mallorca convertido en un Chelsea por los buenos oficios de nuestro presidente?". Buena reflexión.

Guardiola es ajeno a la crítica. Las más acreditadas firmas del mundo azulgrana están rendidas a sus pies. Otro mal asunto para Laporta, que empieza a ver claro: si la situación no mejora se derramará cualquier sangre menos la del técnico. Pocos le responsabilizan del notable bajón físico del equipo y la mala distribución de los minutos de juego.

Apenas nadie cuestionó en su día aquellos esfuerzos en partidos que dominaba con amplitud. Aquel presionar al rival con 5-0 a favor, "una demostración del hambre del equipo" se dijo, los hay que creen que están pasando factura a Touré y compañía, junto al bache de Valdés y sus defensas: 8 goles recibidos en tres partidos; 16 en los 22 anteriores. Será que el equipo presiona menos y, por tanto, el rival llega más. Problema a corregir, claro.

¿Y ahora?

Ayer habló Silvinho y un vistazo a la hemeroteca enseña que sus declaraciones, y las de otros compañeros tras el 4-3, son calcadas a las que Xavi, Puyol y compañía realizaron hace un año: "No hay crisis". "Aspiramos a todo..."

La realidad en la calle es otra: el barcelonismo confía que el Athletic se vacíe mañana contra el Sevilla y llegue al Camp Nou derrengado y que el Atlético gane en el Bernabéu. Puro espectro para hacer frente al gran espectro: ¡el Madrid de Juande! Y Boluda.