Un milagro mantiene al Atlético con vida

Liga de Campeones | Atlético 2 - Oporto 2

Un milagro mantiene al Atlético con vida

Un milagro mantiene al Atlético con vida

Felipe Sevillano

El conjunto colchonero logró sobrevivir en un partido en el que el Oporto pudo sentenciar la eliminatoria y convertir la vuelta en un puro trámite. La defensa rojiblanca, nefasta. Las ocasiones de gol del conjunto portugués fueron constantes e innumerables, pero la falta de puntería de sus delanteros dejó la eliminatoria abierta. Maxi y Forlán, con la colaboración de Helton, lograron los tantos locales. Lisandro hizo los dos visitantes.

Noche grande. Volvía una eliminatoria de Champions al Vicente Calderón tras doce largos años de espera para la parroquia rojiblanca. Los de Abel, incapaces de levantar cabeza en la Liga, se agarraban a la máxima competición continental para volver a mostrar su mejor cara. Ante ellos, el Oporto, un ex campeón de Europa venido a menos y que tiene en su ataque su principal arma, caso idéntico al del conjunto colchonero. Perea era la única baja en los locales, mientras que el equipo portugués contaba con todos sus efectivos.

El balón echó a rodar y tan sólo dos minutos tardó la defensa atlética en dar el primer susto a sus seguidores. La increible galopada de Hulk por banda derecha acabó con un centro a "Cebolla" Rodríguez, que pecó de egoista y estampó su disparo contra Leo Franco teniendo a su lado, y totalmente desmarcado, a un compañero. La grada del Calderón comenzaba a sudar demasiado pronto, pero eso se encargó de arreglarlo Maxi. El argentino adelantó a su equipo un minuto después a pase de Agüero, poniendo el Calderón patas arribas.

Sorprendió el planteamiento del Oporto. El equipo portugués dominaba a su antojo a los locales con una defensa perfectamente colocada, un centro de campo que era capaz de sacar el balón jugado y servir de enlace con sus delanteros. Cada entrada por banda de Hulk era una pesadilla para la defensa colchonera. El jugador brasileño sentaba literalmente en el suelo a los zagueros del conjunto español con cada uno de sus recortes. En el Manzanares se temía lo peor, más aún tras un gol anulado a Lisandro por un justísimo fuera de juego.

El Atlético fue retrasando sus líneas ante el avance del equipo luso. La llegada del gol del empate era cuestión de tiempo. Lisandro aprovechó el enésimo fallo de Pablo para plantarse sólo delante delante de Leo Franco y batirle con un duro disparo. El gol de los de Ferreira atontó aún más al equipo español, que no era capaz de recuperar la posesión de la pelota y plantarle cara a su rival. En tan sólo tres minutos, Hulk pudo sentenciar el encuentro con dos ocasiones a las que respondió a la perfección Leo Franco, el mejor jugador local de la primera mitad.

Cuando ya se mascaba el descanso un flojo disparo de Forlán le sirvió a Helton para tirar por tierra todo el trabajo realizado por sus compañeros desde el comienzo. El portero brasileño y sus manos de mantequilla subían el segundo tanto colchonero al marcador ante la incredulidad de todos los presentes. Resultaba imposible explicar el resultado a raiz de lo visto sobre césped.

Caras de asombro y de estupor en jugadores, técnicos y aficionados locales con el pitido que indicaba el descanso. Lo mejor para los hombres de Abel era el resultado, y lo peor el coladero en que se convirtió su defensa, llegando a ser sonrojante en algunas ocasiones, y el baño de juego y ocasiones recibido. El Oporto se marchó a los vestuarios sabiendo que había desaprovechado la oportunidad de sentenciar, con dos o tres goles más, el encuentro y la eliminatoria en los primeros cuarenta y cinco minutos. Como muestra, un botón: sólo una llegada con peligro del Atleti, la del primer gol.

Sigue la película de terror en el Manzanares

Tras el descanso, el partido siguió con la misma tónica. Primer acercamiento del Oporto al área rival y primera ocasión de peligro. Pablo acabó despejando un balón que se iba fuera por poco tras el remate de "Cebolla" Rodríguez. Acto seguido, fue Lisandro el que desperdició la enésima oportunidad del conjunto luso cuando lo tenía todo para empatar. Mientras tanto, el Atlético lo intentaba con disparos lejanos desde fuera del área sin acierto alguno.

La entrada de Sinama en sustitución de Agüero sirvió para que Abel se llevase la primera pitada de su afición desde que llegó al banquillo colchonero. La grada observó con desagrado como se retiraba la estrella de su equipo con casi toda la segunda mitad por jugar. Si los milagros existen, hoy en el Calderón ha tenido lugar uno de ellos. Los locales seguían con ventaja en el marcador en un partido en el que estaban siendo manejado como un juguete por su rival y en el que haría falta más de una mano para contar los goles que pudieron encajar.

La película de terror que estaba viviendo el equipo y la afición atlética comenzó a tener tintes dramáticos a veinte minutos del final, justo el momento en el que la defensa rojiblanca dejó entrar por banda a placer a Cisshoko, que dejó en bandeja el empate a Lisandro. Esta vez el argentino no falló.

En el tramo final del partido el Oporto se tomó un respiro y bajó su ritmo de juego hasta el punto de dormir el partido con la intención de dejar pasar los minutos y arrancar el empate en feudo visitante.

El Atlético viajará a Portugal con posibilidades de superar la eliminatoria, algo inexplicable teniendo en cuenta lo visto durante los noventa minutos. Los hombres de Abel realizaron un partido nefasto que pudo acabar con el sueño europeo si no fuese por la actuación de Leo Franco y la falta de puntería de los de Ferreira. El Oporto pudo certificar su pase a cuartos con facilidad y convertir la vuelta en un puro trámite. Los milagros existen, esta noche en el Calderón ha quedado demostrado.