Calderón, sin salida

Liga BBVA | Real Madrid

Calderón, sin salida

Calderón, sin salida

pepe andrés

El presidente, hundido, acepta anunciar elecciones en junio pero se resiste a dimitir salvo que su Junta, ya dividida, le obligue

Ramón Calderón está K.O. técnico. Completamente hundido por los últimos acontecimientos vividos en el club y viendo que muchos de sus hombres más afines ya han perdido absolutamente la confianza en él, se planteó a lo largo de todo el día la forma más airosa de abandonar su cargo. Varios directivos le pidieron formalmente que presentara su dimisión y, además, anunciara la convocatoria de elecciones a final de temporada, pero el presidente no quiere ni escuchar la palabra dimisión. Es presa de sus palabras y ahí se muestra duro e intransigente. En las últimas horas ha repetido hasta la saciedad que "dimitir sería de cobardes" y al mismo tiempo reconocer que esconde algo y no quiere hacerlo y pasar por ese trago. A lo que ya no se negaba ayer era a anunciar de manera inmediata la convocatoria de comicios para el verano y al mismo tiempo adelantar que él no se presentará. Al final, sus más allegados le convencieron de la teoría de que "es mejor cuatro meses de periodo electoral que otros cuatros meses de guerra civil".

Ramón Calderón se resiste a dar el paso al frente y busca desesperadamente otra salida del club que no sea la dimisión. Por eso, no aceptó ayer la propuesta realizada por un sector de su Junta que quería su marcha y que Vicente Boluda, actual vicepresidente, fuera quien ocupara su cargo. Ese sector, el más crítico con la gestión del presidente, considera que ellos mismos están siendo directamente perjudicados en su vida privada y en sus negocios particulares por todo lo que está sucediendo en el club. Otro sector, sin embargo, prefiere que Calderón continúe hasta final de temporada y entonces se convoquen las elecciones. Incluso ayer se habló de la fecha del 24 de mayo, último partido en el Bernabéu, como fecha idónea para los comicios.

Hoy, al mediodía, está prevista una reunión de Ramón Calderón con toda su Junta directiva, en la que se tomará una decisión definitiva sobre el futuro inmediato del club. La fractura entre sus hombres es un hecho y sin su apoyo unánime, la continuidad de Calderón como presidente será difícil.

Si la jornada del miércoles había sido la más dura desde su llegada a la presidencia del Real Madrid en julio de 2006, la de ayer la superó con creces. Cuando pensaba que con su intervención pública ante los medios de comunicación y el despido de los dos responsables directos de las irregularidades sucedidas de la Asamblea del 7 de diciembre podía haber capeado mínimamente el temporal, se encontró por la mañana con la fotografía de su hijo, Jaime, posando con el despedido Nanín con el Coliseo romano al fondo y la de su hermano Ignacio en un barco con Luis Bárcena. Ahí terminó por hundirse definitivamente.

Intrigas. Fue un día intenso en las oficinas del Real Madrid y en el domicilio del presidente. Miles de rumores, de intrigas, que corrían de despacho en despacho. Reuniones a tres y cuatro bandas. Por teléfono. El asunto primordial que más preocupaba al presidente era saber si uno de los dos despedidos, Nanín, iba a hablar con los medios de comunicación. A lo largo de todo el día el club manejó dos versiones. Una en la que el ex-empleado había concedido presuntamente una entrevista pagada y bajo declaración jurada en la que acusaba al presidente y su Junta de estar al corriente de todo lo que pasó en la Asamblea, e incluso en la que reconocía que también en el periodo electoral había habido múltiples irregularidades en la captación de los votos por parte de su candidatura. La otra versión que se manejaba por los altos empleados del club era que había hablado con varios periodistas, incluido uno de AS, pero no había inculpado directamente a nadie.

Rumores. A media tarde, los directivos más críticos con el presidente pasaron descaradamente al ataque y en cuestión de minutos se extendió por todos las redacciones de los medios de comunicación que Ramón Calderón arrojaba la toalla temiendo que las acusaciones de Nanín fueran a ser su tumba definitiva. "Calderón dimite mañana". La noticia llegó a todos los rincones.

Curiosamente, las siguientes informaciones que llegaron a las redacciones ya no eran categóricas. "No dimite, no se quiere ir. Está enrocado. No quiere pasar por un cobarde. Él ha criticado a otros que se fueron a mitad de temporada y no quiere hacer lo mismo... Salvo que le obliguen sus compañeros de Junta o le busquen otra salida, se resistirá a salir por las buenas...".

La solución, hoy por la mañana. Sólo si la cita prevista en el club se celebra como reunión de Junta directiva, los acuerdos que se adopten tendrán validez.