La afición lo intentó todo para ver la sesión

La afición lo intentó todo para ver la sesión

Era a puerta cerrada y fueron 200

La respuesta de Palma a la visita del Real Madrid fue excepcional. Además de las más de 300 personas que esperaron al equipo blanco en el aeropuerto mallorquín, hubo otros 200 aficionados que se desplazaron a la Ciudad Deportiva de Antonio Asensio. Pero la sesión era a puerta cerrada. Ni siquiera pudieron entrar los periodistas de los medios oficiales del club. Juande lo quiso así. El viernes no pudo entrenar por la nieve y quería la máxima atención de sus jugadores.

Pero los aficionados no desistieron en su intento. Cualquier resquicio era bueno para llamar la atención de sus ídolos ante el desconcierto de los miembros de seguridad del Mallorca, incapaces de contener a los curiosos. Incluso la presencia abundante de la Guardia Civil, que realizaba rondas por el interior del perímetro de los campos de entrenamiento, no disuadió a la gente.