Partidos tan completos y maravillosos como el del martes en el Vicente Calderón son los que permiten catalogar a Messi como uno de los mejores jugadores del mundo del momento, si no el mejor. También permiten la comparación sin rubor con el último de los grandes de la historia, cronológicamente hablando, Diego Armando Maradona. Con él tiene muchas cosas en común, además de la nacionalidad, el 10 de la camiseta y una zurda prodigiosa. Leo pisa sobre las huellas futbolísticas del gran Diego, pero además cuenta con el respaldo de los títulos.

A la edad que hoy tiene el azulgrana, 21 años y 197 días, el actual seleccionador argentino acababa de proclamarse campeón del Metropolitano en su primer año en Boca Juniors, su único título hasta entonces, y se preparaba con la selección para disputar el Mundial 82. Cuatro años antes había sufrido el gran desengaño de su vida. Menotti le había dejado fuera de la gran cita del 78 "por tener 17 años y ser demasiado joven".

Justo después del Mundial de España llegaría su gran traspaso al Barcelona por 1.200 millones de pesetas. Debutó en la Liga el 4-IX contra el Valencia, a punto de cumplir ya los 22 años. Perdió (2-1). Suyo fue el gol azulgrana.

La carrera de ambos como futbolistas está marcada por la precocidad, aunque su formación fuera bien diferente. Mientras Diego creció en un equipo de barrio, los Cebollitas, antes de dar el salto a Argentinos Juniors, un club de pocos recursos económicos y que tenía como fin para la supervivencia la venta de jugadores, Leo llegó a los 13 años a Barcelona y creció y se formó en La Masía, donde no le faltó de nada. Maradona pulverizó récords en sus comienzos. De los quince años con los que debutó en Primera, a los 16 con los que se estrenó en la albiceleste.

La carrera de Messi ha estado, sin embargo, más controlada en estos primeros años, pero el hecho de estar en un club de la categoría del Barça le ha permitido ganar una Champions -no jugó ni un minuto en la final de París contra el Arsenal- y dos Ligas -no fue titular en esas dos temporadas-. Además, ya ha jugado un Campeonato del Mundo (Alemania 2006) y disputado y ganado unos Juegos.

Desde que comenzó a jugar regularmente en el Barça, Leo fue comparado con Diego, pero fue a raíz de su tanto maradoniano al Getafe en las semifinales de la Copa del Rey el 18 de abril de 2007, que recordó tanto al segundo del Pelusa a Inglaterra en el Mundial 86, cuando comenzó a considerársele como su heredero universal.

Parecidos.

Futbolísticamente este Messi y aquel Maradona tienen muchos puntos en común aunque su posición en el campo sea distinta. Ambos son zurdos cerrados, con una gran aceleración en los últimos metros y un regate tanto en corto como en largo verdaderamente desequilibrante. Diego tenía mucha más libertad de movimientos. Hacía jugar más al equipo y era más solidario. De hecho, el pasado mes de septiembre, Maradona criticó a Leo por su individualismo. "Juega para él, parece el Deportivo Messi".

La temporada del azulgrana es impecable: 20 partidos, 19 goles. Y eso que sigue fiel a su banda derecha donde casualmente cayó con cinco años cuando Salvador Aparicio, el cazatalentos que le descubrió, le colocó obligado en un partido para que su madre, Celia, le dejara jugar. Ésta no quería. Era muy pequeño y tenía miedo a que le pudiera pasar algo. "No se preocupe señora, le pongo en la banda derecha, cerca de la tribuna, cerca de usted y así, si llora o se hace daño, usted estará cerca".

Así fue.... y hasta hoy.