Nunca volveré a ser el futbolista del Arsenal". Esa fue la frase que más ha repetido Thierry Henry desde que llegó a Barcelona. Escudándose en problemas personales y en su proceso de aclimatación, el futbolista ha ido a m la llegada de Pep Guardiola al banquillo le ha supuesto una gran inyección de moral, hasta el punto de estar cerca de mejorar los números de su estreno como azulgrana.

Fijo en las alineaciones del entrenador y afincado en la banda izquierda, el delantero francés va sumando goles poco a poco. En los 13 partidos jugados en Liga hasta el momento (se perdió tres jornadas) ha conseguido ocho tantos, cerca de la docena de la pasada, aunque tras disputar una treintena de partidos. En Champions, respecto a la pasada temporada, ha jugado la mitad de enfrentamientos (cinco), sumando sólo un gol por un trío de la anterior.

Objetivo cumplido.

Guardiola se propuso levantar el ánimo del francés y parece que lo ha logrado. Si tiempo atrás se le decía que no estaba fino, ahora el discurso ha cambiado. El último gol anotado, en Villarreal, sirvió para cerrar el marcador y ayudar al equipo a conseguir un triunfo que destacaba más al colectivo en lo más alto de la clasificación.

Henry vuelve a sonreír. Le cuesta ante la Prensa, pero cumple en el terreno de juego, que es lo que vale. No tendrá la velocidad de antaño, cierto, pero aspira a superar los números del curso pasado.

Se acabaron los rumores

Desde que llegó al Barcelona, el nombre del francés siempre ha estado presente en la prensa británica, que pretendía ficharlo, de nuevo, para la Premier. Desde hace tiempo estos rumores se han acallado y nadie habla del interés por llevarse al delantero, al que le quedan dos años más de contrato. Equipos como el Arsenal, Blackburn o Newcastle parecieron estar convencidos de firmar al futbolista que se siente feliz jugando con Samuel Etoo, Leo Messi o Xavi Hernández. Es cuestión de sensaciones, y las de Henry ahora, en Barcelona, son muy buenas.