De córner o de libre directo, el Barcelona de Pep Guardiola ahora sí es temible en las jugadas a pelota parada. Cuatro goles (tres en la Liga y uno en la Champions League) suman los blaugrana en seis jornadas de Liga y cuatro partidos europeos, cuando en toda la pasada temporada, con Frank Rijkaard en el banquillo, apenas consiguieron dos tantos como producto de la pizarra.
Con el holandés, el repertorio para los córners se limitaba -según confesión del propio defensa mexicano- a que Rafael Márquez fuese a cabecear al primer palo. Ante el Sporting de Portugal se produjo la noticia: el grueso de los jugadores fue hacia el primer palo y Márquez remató, con la pierna derecha, en el segundo. En El Molinón, Puyol peinó un córner y Etoo cabeceó en el segundo. Después un jugador del Sporting remató contra su propia portería el saque de otro córner, pero este no cuenta. El Atlético sufrió, en un error garrafal de marcaje que admitió Javier Aguirre, el testarazo de Márquez en el primer palo. Y la picardía de Leo Messi (u otro despiste colchonero) hizo posible el estreno del Barça en los libres directos.
Repaso en vídeo. El mismo día del partido, en sesión matinal, jueguen en casa o fuera, Guardiola repasa las acciones de estrategia. De momento, el resultado es irreprochable. "Tenemos un amplio repertorio", admiten los técnicos. Están avisados los futuros rivales.
Alves y Messi se reparten los postes en los libres directos
La cuenta pendiente de la estrategia son los lanzamientos de falta. Sólo la pillería de Leo Messi, el sábado ante el Atlético, ha conseguido romper la sequía que el Barça presentaba en ese arte. El toque que el brasileño Ronaldinho manejaba con destreza para sumar goles de libre directo ha dado paso a la ausencia de un único especialista. Cada uno con su estilo, la actual plantilla del Barça dispone de lanzadores como Xavi, Márquez o Henry, aunque hasta ahora han sido Messi (en el debut liguero, en el campo del Numancia) y Daniel Alves (en el Camp Nou, contra el Betis) quienes más cerca han estado de marcar. En los dos casos la pelota se estrelló en un poste, lo que ha privado al Barça de presumir de una cifra algo mayor en cuanto a goles de estrategia. De haber entrado esos dos lanzamientos, ahora los culés podrían estar hablando de seis chicharros.
