Miguel Ángel Gil Marín aprovechó la tranquilidad del parón liguero y apareció ayer en las instalaciones del Cerro del Espino, en Majadahonda, sonriente y junto a sus dos hijos. El máximo mandatario del club había sufrido mucho en las últimas semanas claves para la institución, cuando el Atlético se jugaba su futuro ante el Schalke. Tras la clasificación para la Champions, la serenidad también ha contagiado a la directiva.

La visita del consejero delegado sirvió para agradecer en persona el esfuerzo clave realizado por el equipo y el cuerpo técnico durante las últimas semanas. Dicha entrega servirá también para aumentar cuantiosamente las primas por los objetivos de la temporada, un tema que negocia estos días con la plantilla. Los 15 millones de euros ingresados por entrar en la Champions y consecuentes nuevos patrocinios han sembrado la tranquilidad en las arcas del club.

Gil Marín también habló con Aguirre y alabó la labor del técnico en el arranque de la temporada. El dirigente y el club están ahora pendientes de cerrar en los próximos días con el Ayuntamiento la mudanza definitiva del Calderón.