Los de Joachim Loew salieron sin presión, confiados por el 0-6 que endosaron a Liechtenstein en la jornada inaugural, y sufrieron de lo lindo en un partido que se acabó convirtiendo en un infierno en pleno Helsinki. Los bávaros, capitaneados por un Klose astuto, fueron a merced de su rival, muy flojo en defensa en la primera mitad.

Todo comenzó con el gol del veterano Jonatan Johansson, cuando corría el minuto 33. El de Estocolmo enganchó, desde el vértice derecho del área, un fuerte disparo que sorprendió a Enke. El tanto quedó en anécdota cuando Klose igualó la contienda sólo cinco minutos después.

Sin embargo, Loew se empezó a impacientar cuando Vayrynen sumó el segundo a dos minutos del descanso. Klose respondió de nuevo antes del 45 por culpa de un fallo del meta local, pero Finlandia se marchó al túnel de vestuarios con la sensación de haber podido hacer algo más.

Tanto que si no hubiese sido por el error de Jaaskelainen, y por la debilidad de la defensa en el primer gol del ariete bávaro el resultado hubiese sido otro al descanso. Así, los finlandeses, bajo un orden táctico muy serio siguieron construyendo ocasiones para ponerse por delante.

Y después de tanto intentarlo se llevaron el gato al agua con el tercero, obra de Sjolund en el 53. Tras el gol, el segundo acto trascurrió sin grandes novedades hasta que Klose, aquel que no brilló a su mejor nivel en la Eurocopa, conectó de derechas dentro del área chica para evitar la primera derrota de los germanos en esta fase de clasificación.