Aguirre volvió reflexivo, pero optimista

Aguirre volvió reflexivo, pero optimista

Preocupación, rostros serios y sin ganas de nada. La expedición rojiblanca tuvo un largo y duro viaje de vuelta desde Gelsenkirchen, aunque a muchos les quedaba sitio en la maleta también para el optimismo. Los aficionados que viajaron no se explicaban la imagen rojiblanca en el Veltins, sobre todo en la primera mitad. No se puede ocultar que algunos pensaban ya en jugar la UEFA, pero otros confiaban en, por fin, dar la cara en Madrid. El avión cruzó media Europa en silencio y arribó pasadas las 4:30 de la mañana. Muchos volvieron a visionar el partido en su cabeza y, más que ninguno, Aguirre se mostraba pensativo. El mexicano aparecía en la terminal reflexivo, sólo distraído de vez en cuando por las muestras de cariño de su familia, que una vez más viajó con él para darle aliento. Fue del técnico la mayor muestra de confianza de la noche. El único capaz de tranquilizar a la gente. Un niño, con los ojos semicerrados por el sueño, se agarró al míster para preguntarle: "Aguirre, ¿vamos a pasar?" El Vasco le pasó la mano por el cabello y le tranquilizó: "No te preocupes, lo haremos".