Acapara la atención de todos los medios, de los aficionados y del barcelonismo en general. Implicado en el ascenso del filial azulgrana a Segunda B, Pep Guardiola trata de evitar hacer cualquier comentario en relación a lo que pueda suceder en los próximos meses de su vida. El pasado miércoles, ejecutivos del club tuvieron un encuentro con los agentes del entrenador, aunque no encontraron el camino correcto para poder sellar la contratación del técnico como responsable del nuevo proyecto de Joan Laporta como presidente del equipo catalán.

El problema recae en los años de contrato y en las cantidades que desea percibir. Guardiola es consciente de que no puede pedir las mismas cifras que hasta ahora está ingresando Frank Rijkaard, que sigue dudando entre aceptar alguna de las propuestas que tiene encima de la mesa o bien cumplir el año sabático que se prometió hace ya bastante tiempo.

Para los próximos días está fijado un nuevo encuentro entre las partes interesadas. Tras el ridículo de la semana pasada en el Santiago Bernabéu (4-1), el presidente decidió salir ante los medios y en una conferencia de prensa dirigida, anunció que el preparador catalán sería el recambio de Rijkaard en el banquillo. Posiblemente se precipitó, ya que el técnico del segundo equipo es muy culé, pero quiere cobrar como se merece, teniendo en cuenta la responsabilidad y la presión que conlleva el cargo.

Guardiola ha dado los poderes de la operación a sus agentes (los hermanos Orobitg), que pretenden protegerle y apartarle de cualquier comentario, ya que el domingo, ante el mítico Europa, el Barça B se juega quedar campeón del Grupo V de Tercera y aspirar, en la promoción de ascenso, regresar a la categoría de bronce, tras un año en las catacumbas del fútbol amateur.

'Espantá'.

Por otra parte, para el próximo lunes estaba prevista la comparecencia de Laporta ante los medios de comunicación. Tenía la intención de valorar la temporada y responder a los periodistas. Pero no podrá ser. El máximo dirigente del club estará el domingo en Gol a Gol, de TV3, y dejará la responsabilidad de atender a los medios al secretario Txiki Begiristain y a Marc Ingla, vicepresidente deportivo. El club confirmó ayer los movimientos del presidente, que evita responsabilidades.