"Raúl me ha dicho que no estropee el equipo"

Ramón Calderón

"Raúl me ha dicho que no estropee el equipo"

"Raúl me ha dicho que no estropee el equipo"

Sólo habían pasado unas horas de la celebración del título en Cibeles. El presidente blanco analizó para AS su segunda Liga, el nuevo Madrid de Bernd Schuster, los planes para la próxima temporada y la ilusión por seguir la fiesta en el Bernabéu ganando al Barcelona.

Presidente, el Real Madrid ha ganado la Liga otra vez con tintes épicos. ¿Ha recuperado valores perdidos?

Por supuesto. Lo vimos en Pamplona y en muchos otros campos. Es lo que más orgullo me produce de este título. Ante Osasuna volvió el espíritu de lucha y casta de Di Stéfano, de Camacho, de Pirri, de Stielike, esa casta que hace falta en estos partidos. Son virtudes de otra época que ahora hemos recuperado. Que eran buenos jugadores ya lo sabíamos, pero ellos han demostrado que llevan al Madrid dentro y este es el tipo de futbolista que gusta a la afición del club.

Nadie daba un duro por la victoria cuando Osasuna marcó de penalti.

Efectivamente. Cualquier equipo habría tirado la toalla. La situación era difícil: con diez, a falta de pocos minutos, uno con la mano sangrando, otros rotos por el esfuerzo. Pero no fue así. Esa reacción de salir a matar hasta el último segundo habría sido impensable en otra época. Esto sólo lo hace este equipo.

¿A qué se refiere?

Que se ha acabado el vedettismo. Más que nunca somos un equipo. Los chicos se dejan la piel en el campo. Miren, les diré que en la celebración vi que este grupo es especial. Me recordó a la celebración de la Copa ULEB de baloncesto.

¿En qué sentido?

Pues que los jugadores festejaron algo grande con sus familias, con sus esposas, entre ellos. Recuerdo que los jugadores de baloncesto se besaban, compartían el título como en familia. Y ahora he visto que hemos conseguido también este espíritu en el fútbol. Me siento muy orgulloso.

Cómo ha cambiado la foto. Hace cinco años, el Madrid ganó la Liga y la celebración pareció un funeral.

Recuerden que tuvimos la bronca del Txistu, donde Hierro señalaba con el dedo a Florentino diciendo que no iban a ir a Cibeles, con unas caras largas Y la bronca de la Supercopa de Mónaco. Por entonces no había unión, sólo capricho. Los jugadores hacían grupitos para defenderse. Fíjense la diferencia, ayer todos bailando con una alegría fabulosa.

Tanto le gustó que se marchó también a la discoteca

Por supuesto. Vi que la celebración era sana, emotiva y de verdad, sin una copa de alcohol, con responsabilidad y alegría. Decidí ir al Buddha Bar para compartir la fiesta y ¡hasta Raúl quiso venirse! Raúl, que nunca frecuenta estas fiestas, estaba allí como uno más, cantando y compartiendo hasta la madrugada. Raúl y Heinze, por cierto, hicieron un apartado conmigo y me decían algo muy sentido: "No estropee este equipo, no lo estropee".

¿Cómo podría estropearlo?

Pues me querían decir que no hagamos muchos cambios. Que no vendamos jugadores sin antes pensarlo bien y que tampoco fichemos por fichar. Están viviendo algo tan bonito que no quieren que se rompa por una mala decisión. Es verdad, estoy de acuerdo que sería una pena estropearlo. Tenemos una base buenísima para el futuro y está más claro que nunca que no podemos volvernos locos con fichajes.

¿Entonces, cuál es el plan de refuerzos?

Pues que tenemos que hacer dos o tres fichajes. Rectifico: hay que hacer tres o dos. Y además no hay que ir a pagar porque sí. Dinero tenemos para fichar, pero consideraremos mucho fichar a alto precio. No hay que volverse locos.

¿No cree que al Madrid le falta un crack mundial que dé el toque de distinción? ¿Ese jugador que puede proporcionar una Champions?

Naturalmente, este club sigue buscando la excelencia. Me critican por decir esto. Pero es así. No podemos quedarnos satisfechos por haber ganado la Liga. No somos un club más, hay que aspirar a ganarlo todo. ¿Que eso es difícil? Dificilísimo. No se ha conseguido en ciento seis años ganar el triplete, pero es verdad que ahora tenemos que dar otro salto de calidad y eso se consigue con dos jugadores.

¿Uno sería Cristiano Ronaldo o es una utopía?

Pues ahora mismo Cristiano Ronaldo sí es una utopía. Este tipo de jugadores sólo vendrán al Madrid si ellos quieren venir al Madrid. No podemos comprar un jugador a la fuerza. Si el jugador dice que se va, entonces sí podemos negociar.

El otro sueño es Cesc.

Pues igual. Si Cesc quiere venir al Madrid, nos sentamos a negociar. Es la misma situación, no vamos a enfrentarnos con el Arsenal por un fichaje. El jugador debe mover ficha.

¿Y en cuanto a los canteranos De la Red, Granero y Javi García, se quedarán?

Pues miren, yo creo que van a ir a la pretemporada. Después el entrenador decidirá qué va a pasar. Si ve cosas que no le gustan... Pero en principio vuelven para quedarse.

¿Y qué piensa usted al ganar este segundo título, como presidente, después de dos años en el cargo soportando aún muchas críticas?

Pues que hemos conseguido culminar un proyecto que normalmente se habría tardado tres o cuatro años en madurar para ganar una Liga. Y claro, hacerlo después de cambiar diecinueve jugadores, con dos entrenadores, resulta complicadísimo. Me siento feliz y orgulloso de haber conseguido que cuajara un proyecto de chavales jóvenes, con mucha proyección. Pensaba que esto era obligado cuando accedí a la presidencia.

Y lo ha conseguido con aparente naturalidad

Pues es que a esto hay que aplicarle el sentido común. Yo lo dije en la campaña electoral: "Vamos a mantener todo aquello que se ha hecho bien y vamos a corregir lo que se ha hecho mal".

De los diecinueve jugadores que han salido, ninguno despunta en otros equipos.

Mírenlo: Gravesen, Diogo, Pablo García, Mejía, Ronaldo, Roberto Carlos... En fin, es que mantener la política deportiva que teníamos no conducía más que al desastre. Era obligado cambiar y hemos tenido la suerte de ir a mejor un año tras otro.

Con Capello se ganó la Liga

Sí, pero no me digan el sufrimiento que padecimos. No me sigan hablando de capellismo. Hemos ganado esta Liga con tres jornadas de anticipo y con catorce puntos al Barcelona. Esto sólo ocurrió en la 79-80. Es dificilísimo.

Usted se la jugó con Bernd Schuster.

Es que este club no se podía conformar con el criterio de haber ganado un título. Cada presidente debe poner su granito de arena para que dentro de 92 años este club sea nombrado el mejor del siglo XXI. Y esto sólo se consigue buscando la perfección. Capello ayudó muy poco al final y había que buscar a alguien que aplicara sensatez en momentos difíciles, que fuera una persona amable, agradable, que no se exalta cuando gana por cinco o cuando pierde. Y Schuster es una persona bien recibida por el vestuario.

Schuster es agradable ahora, presidente, pero la temporada ha sido muy dura en este sentido.

Yo he hablado con Schuster y me lo ha explicado. Él llegó a un equipo donde se había ganado un título de Liga y habían echado al entrenador. Él se subió al tren del Madrid porque era la oportunidad de su vida, pero afrontaba un riesgo grande. Schuster consideraba que si no ganaba al menos un título, nos teníamos que ir él y yo. Esta tensión no le permitía estar cómodo, con una presión tremenda que le estaba atenazando. Schuster va a ser otro el próximo año. Estoy convencido de que sentirse campeón, con la seguridad de que sabe hacer esto, le dará una tranquilidad que no tenía.

¿Y Calderón gestionará con menos enemigos?

Pues yo creo que estos títulos vienen bien para que no haya debates y vuelva la tranquilidad. Lo único importante son los jugadores y el presidente debe dejar de ser mediático. Yo no quiero serlo y prefiero estar en segundo plano.

¿Le consta que sigue teniendo oposición?

Sí, claro. Estarán amargados porque el Madrid ha ganado la Liga. Por ahí van diciendo que estamos arruinados, porque con lo deportivo ya no se pueden meter.

Y ahora, presidente, a por el Barça.

Pues sí, hay que salir a ganar para que todo esto sea una fiesta. Creo que el madridismo está ilusionado y espera que el equipo responda en la medida de un campeón. No me queda ni una entrada, el estadio presentará un llenazo maravilloso y hay que disfrutarlo.

Con pasillo de campeón del Barça.

No me gustaría que esto se entendiera mal. El pasillo es una cortesía y debemos entenderlo como un reconocimiento y no como humillación.