El ensayo a puerta cerrada que dispuso Aragonés en Las Rozas horas antes del vuelo a Dinamarca dejó ver la puesta en escena del Plan C que también venía madurando durante la semana a la vista de los entrenamientos, un once en el que además del intocable blindaje en esta era post mundialista de Albelda aparecen también por vez primera juntos en el medio campo Xavi, Iniesta y Cesc, todos ellos acompañando a un extremo (Joaquín) y por detrás de un solo punta, el Niño Torres. Las molestias físicas que aún asoman en el tobillo de Silva parecen empujar al técnico hacia esta apuesta, al tiempo que la falta de ritmo de Puyol, que acaba de salir de una lesión de ligamentos que le ha tenido apartado tres meses, darían el espaldarazo a la titularidad en la defensa al debutante Albiol.
Al final, la obligada baja de David Villa y esas dudas respecto al rendimiento físico de Silva, al que ya dio descanso en la sesión matinal del miércoles para que trabajara en el gimnasio, y de Puyol van a provocar un vuelco táctico porque será ahora, en el partido número 41 de Luis, la primera vez que de salida se junten cuatro centrocampistas de una lista en la que siempre entran cinco (el quinto elemento es Xabi Alonso, ahora ausente al estar sancionado y lesionado). En el caso del central azulgrana, Luis ya le cambió en el descanso del partidillo del miércoles por Raúl Albiol, sin duda, porque debe ver que aún no está con el tono físico para poder rendir en un partido como el de mañana, que va a requerir máxima exigencia.
Tácticamente, la entrada del trío de exquisitos mediocampistas le puede facilitar alternativas según se despliegue el equipo en ataque o deba replegarse para contener las oleadas danesas. Se tratará de colocarse con un 4-2-3-1 reconvertible en un 4-3-3 o hasta en un 4-1-4-1, cuestión de dibujos importante porque de la inteligencia del trío dependerá que haya final feliz de la película en choque tan decisivo o que se convierta todo en un pequeño laberinto (Iniesta y Cesc, por ejemplo, sólo ha coincidido como titulares en el 0-2 de Liechtenstein). Luis quiere control, posesión de la pelota, dinamismo con toque y capacidad de llegada por sorpresa desde la segunda línea mientras Torres entretiene y atrae a los centrales.
Varios planes. En cualquier caso, y mírese como se mire, talento y clase sí que sobra en teoría por todos lados, aunque queda abierto margen para las incógnitas de rendimiento. Suele explicar Luis una teoría acerca de que los entrenamientos deben ser como una transferencia de los partidos, es decir, que en los ensayos los jugadores trabajen ya adquiriendo los hábitos tácticos y las maniobras individuales y colectivas que deben realizar luego sobre el césped. Pero esta semana esa tesis no se va a corresponder con la aplicación y el estreno de ese Plan C: el martes el seleccionador juntó a Torres con Luis García en el ataque, el miércoles ya dejó ver en el partidillo a Iniesta fijo, bien por detrás del Niño, bien en una de las bandas, y ayer sumó a la joven joya del Arsenal a su ejército de mediocampistas. Si funciona estaremos en la Eurocopa, si no...
