Aduriz ejerció de Güiza

Primera | Athletic 2 - Getafe 0

Aduriz ejerció de Güiza

Aduriz ejerció de Güiza

juan flor / pedro agustín

Marcó dos veces y el árbitro anuló mal otro de Urzaiz

El Athletic recuperó buena parte de su baqueteada autoestima con una victoria muy trabajada, huérfana de brillo, aunque bastante clara sobre uno de los equipos que mejor se desenvuelven en la Liga. La Catedral se ha convertido en el gran enemigo de los rojiblancos este año y la visita del Getafe intimidaba lo suyo, pero a la hora de la verdad la empresa resultó asequible y, de no mediar la actuación de Alvarez Izquierdo, acaso hubiese sido más cómoda. Los madrileños únicamente sacaron a pasear su fútbol con el marcador imposible y para entonces el Athletic no estaba dispuesto a ceder un ápice: después de tantos disgustos en casa como para flojear con dos goles en el bolsillo.

Gracias al árbitro, el desenlace se aplazó en unos minutos. La anulación de un gol a Urzaiz con 1-0 en el marcador hizo aflorar las toneladas de tensión que acumula la afición rojiblanca. Todo el campo estalló en improperios hacia Alvarez Izquierdo, cuyo rasero resultó desquiciante. Su permisividad hacia el Getafe en las disputas contrastó con la severidad que reservó para el equipo local, que tenía dos jugadores amonestados cuando sólo se computaban cuatro faltas señaladas en contra del Athletic.

La falta que supuestamente cometió Urzaiz al cabecear a la red un centro de Expósito fue el colmo, sencillamente. Cortés no hizo ni amago de disputar y se limitó a obstaculizar al ariete, que se elevó sobre su cuerpo para anticiparse y hacer gol. No hubo nada punible y, en todo caso, del defensa. Esa acción marcó una contienda presidida por los nervios y la ansiedad, pues el Getafe afrontó la segunda mitad con vida sin haberlo merecido.

Mané alteró ligeramente la disposición de los suyos para ganar en profundidad, pero la fórmula no funcionó. La prueba es que que el 1-0, a la media hora, fue la primera acción de peligro. La tremenda pelea que hubo desde el inicio sirvió para poner el candado en ambas áreas.

El relevo. Pero ayer era el día de Aduriz, negado en el remate muchas semanas. Se resarció ampliamente. Como si cogiese el relevo del enrachado Güiza, o tomase prestado su disfraz de matador, puso la firma a los dos únicos goles dados por válidos de la tarde. Aranzubia fue la otra estrella, con tres intervenciones que cercenaron la reacción de un Getafe algo apagado ante el empuje rojiblanco.