Escupir a un oponente en el rostro durante un partido, aunque lo haya visto medio mundo a través de la televisión, no merece ser castigado. Al menos para la Federación Española de Fútbol (FEF). Decir públicamente, en una conferencia de prensa, que "escupen los que bajan de los árboles", no merece ser castigado, al menos para la FEF, aunque quien cometa el desliz sea un entrenador de Primera División. El Comité de Competición federativo decidió ayer no actuar de oficio en los casos de Samuel Etoo (el escupidor) y Javier Clemente (el declarante).

El Athletic Club no presentó denuncia contra Etoo por su escupitajo en la cara del defensa Unai Expósito, durante los minutos finales del partido que el Barcelona y el Athletic disputaron el pasado domingo (2-1). Tampoco buscó el Barça remover lo dicho por Clemente en la sala de prensa, por lo que Competición -a falta del requerimiento de la Comisión Antiviolencia- se inhibió para actuar de oficio.

Presión del CSD.

Otra cosa puede ocurrir con lo que decida hoy, en su reunión semanal, la Comisión Antiviolencia. Fuentes del Consejo Superior de Deportes (CSD) se apresuraron a pedir "medidas" contra las declaraciones de Clemente, por considerar que no contribuyen en nada a generar un buen clima en torno al fútbol. Antiviolencia mostró su postura intolerante con las manifestaciones racistas o xenófobas el año pasado, cuando la FEF multó al seleccionador nacional Luis Aragonés por unas desafortunadas palabras pronunciadas durante un entrenamiento (el tristemente famoso episodio con José Antonio Reyes y las referencias a Thierry Henry, compañero de éste en el Arsenal). La FEF consideró "conducta indecorosa" la actuación de Aragonés, pero Antiviolencia entendió que en sus palabras había claros indicios de racismo y xenofobia.

Agresión y arañazo.

El Comité de Competición sí aplicó con rigor el reglamento al juzgar al portugués Anderson de Souza Deco, que fue expulsado en el partido entre el Barça y el Athletic por agarrar del cabello a Carlos Gurpegi. De nada sirvieron las alegaciones que el club catalán presentó contra el acta del árbitro, Fernando Teixeira, en un intento por rebajar la sanción: dos partidos de suspensión para Deco.

El centrocampista del Barça tuvo que abandonar el terreno de juego cuando el partido estaba por acabar, tras ver la tarjeta roja directa, por lo que el colegiado gallego reflejó en el acta como un agarrón por el pelo a un adversario.

El Barça anunció ayer que recurrirá la sanción ante el Comité de Apelación, tras presentar el martes un pliego de alegaciones en el que argumentaba como atenuantes que Deco, antes del tirón de cabello a Gurpegi, había recibido "diversos golpes" del vasco, y que presentaba un arañazo de cinco centímetros cerca del cuello. Deco, en declaraciones a A Bola, justificó su acción diciendo que fue "una reacción ante una provocación".