Florentino Pérez se ha salido con la suya. Su opinión ha prevalecido por encima de todas y ayer ratificó a Juan Ramón López Caro en el cargo hasta el 30 de junio. A pesar de que su entorno le había presionado para que aprovechase el parón navideño con el fin de traer a un técnico más experimentado y de mayor impacto mediático (fórmula ya utilizada hace un año para fichar a Luxa y despedir a García Remón), el presidente ha llegado a la conclusión de que dejando trabajar a López Caro y otorgándole plena confianza es un entrenador capacitado para enderezar una nave que sigue a la deriva.
La comisión deportiva se reunió tras el almuerzo con la plantilla y la web hizo pública esta nota a las 21:40 horas: "Reunida la Comisión Deportiva del Real Madrid ha acordado, a propuesta de su vicepresidente y director general deportivo, Emilio Butragueño, la continuidad del técnico Juan Ramón López Caro como entrenador del Real Madrid hasta final de temporada". Aun así, AS puede asegurar que la decisión fue exclusivamente del presidente y que la adoptó el domingo por la noche tras valorar, por lo visto en el partido ante Osasuna, que lo que le ocurre al equipo no es un problema de banquillo.
Al presidente le habían acribillado a llamadas sus compañeros de directiva (con los que ayer se reunió tras la comida), agentes de entrenadores y amigos que le hablaban de las excelencias de Deschamps, Gullit y Víctor Fernández. También le habían propuesto la llegada de algún ilustre veterano del Madrid como Stielike (la semana pasada estuvo en Illescas en un partido benéfico) y Hugo Sánchez. Pero Florentino no cedió. Por la tarde transmitió esta consigna a su directiva: "Debemos dejar trabajar a López Caro y hacer entender a la plantilla que éste será su entrenador hasta que acabe la temporada. Dándole tranquilidad llegarán los resultados".
Apoyo.
Para tomar esta decisión se ha tenido en cuenta el rosario de declaraciones de los miembros más ilustres de la primera plantilla, todos encantados con los métodos de trabajo del lebrijano y gustosos de aceptar lo que Guti llama "entrenar como bestias". Incluso los brasileños han asumido la situación tras el despido de Luxa y se han ejercitado como los demás sin poner pegas a las dobles sesiones de los miércoles ni a la mayor intensidad y duración de las jornadas de trabajo impuestas por el entrenador andaluz. Sólo la etiqueta de "provisionalidad" que le puso Butragueño, alimentada tras el partido con Osasuna ("después del miércoles habrá que dar una vuelta a todo para ver el futuro") dejaba en el aire un mensaje de inestabilidad para el sucesor de Luxemburgo.
Pero AS puede asegurar que la voluntad de Florentino (que ha vuelto a ser innegociable) ha sido la de apostar por la continuidad de López Caro y dejar que en un par de meses se note su labor en la cuenta de resultados. La idea del presidente era haber hecho público este voto de confianza el jueves, pero ante los rumores sobre posibles entrenadores para el banquillo blanco y el hecho de que ello pudiera desestabilizar a la plantilla para el partido contra el Racing, se optó por acelerar ese anuncio que ha tranquilizado tanto al cuerpo técnico como a los jugadores.
