El Madrid B toca el cielo

Segunda B | Real Madrid B

El Madrid B toca el cielo

El Madrid B toca el cielo

reportaje gráfico: jesús aguilera y macario muñoz

El Conquense mereció más ante 57.326 aficionados.

Ayer fue un día de fiesta. Porque el Real Madrid B se deshizo de la maldición y logró un ascenso que se había antojado casi imposible visto lo visto en las dos últimas fases disputadas. Porque ocho años en Segunda B ya eran demasiados. Y porque, un buen día, Florentino Pérez habló de un modelo de Zidanes y Pavones que nos hizo soñar a muchos (desconfiar a la mayoría) y el salto de categoría era necesario para que aún pueda quedarnos algo de esperanza en el modelo.

Decía López Caro en las horas previas al encuentro ante el Conquense que el ambiente festivo que se estaba generando no les favorecía nada. Quizá no era sólo esa alegría, sino la presión innecesaria que se había generado en torno a este choque (ley del silencio, concentración de dos días y restricción de intervenciones ante la Prensa) lo que hizo que la plantilla saliera asustada. Pero la afición tenía muchas ganas de celebrar algo grande y acudió en masa al Bernabéu. Ver a 57.326 personas en las gradas impresiona (yo me asusté sentadita en mi sitio, lo reconozco).

El Conquense no sufrió ese miedo escénico. Comentaban sus jugadores durante la semana que, si marcaban un gol antes del minuto 10, los madridistas temblarían. Y con esa mentalidad salieron los de Miguel Zurro al campo. Barber dio el primer susto con un cabezazo que estuvo a punto de sorprender a Diego López. Pero el portero madridista está inspirado. El año que viene será el suplente de Casillas en el primer equipo, Luxemburgo confía en él y este lucense se lo ha agradecido con una temporada de diez. Está que se sale.

Diego desbarató poco después la mejor jugada del partido. Jorge Pérez, dolido por su falta de acierto en la ida, se creció con una gran arrancada por la banda izquierda que acabó con autopase y disparo detenido. Pero este vasco lo siguió intentando. A él no le impresionó ver el Santiago Bernabéu tan lleno, porque sabe lo que es jugar en el Athletic, participar en la Champions y marcarle un gol al Rosenborg. Casi nada. También se atrevió Alberto Alejandro antes del descanso. Pero el poste y de nuevo Diego López le impidieron dar la nota temprano.

Antes del descanso, buscaron el gol Palencia (tremenda jugada por la banda derecha al más puro estilo Figo en sus buenos tiempos que acabó fuera por poco) y Soldado. El delantero no marcó ayer, pero los centrales del Conquense tardarán mucho tiempo en olvidarle.

No sabemos qué les diría López Caro a los madridistas cuando finalizó el primer tiempo, pero debió desplegar todas sus cualidades de sargento, porque los jugadores salieron extramotivados tras el descanso. El efecto de la reprimenda de su míster les duró poco. Se asustaron de nuevo y el Conquense, que había merecido mucho más, tuvo su premio tras una jugada personal de Alberto Alejandro. Soldado había reclamado un penalti minutos antes.

El caos.

Y entonces apareció Espiñeira Pello. Y anuló un gol a Mikel Rico por una presunta falta previa de Alberto Alejandro a Robles. Y el Conquense pudo igualar la eliminatoria y rematar la faena merecida en una mañana que pudo ser gloriosa para ellos y acabó con disgusto. Pero los sueños no siempre se cumplen. O no para todo el mundo, porque los manchegos no ascienden. Eso sí, Florentino (y algunos más) soñaron desde hace tiempo con un proyecto de cantera. Y los que confiaron en aquello hoy están de fiesta.

Florentino y el buitre en el palco

Florentino Pérez y Emilio Butragueño estuvieron en el palco del Bernabéu. Hoy, el presidente comerá con la plantilla en el restaurante Puerta 57.