Javier Saviola está a punto para empezar su participación en los JJ.OO. de Atenas. El Pibito está en Patras bajo el manto de Marcelo Bielsa pero con un ojo sobre lo que pasa en Barcelona. Según ha podido saber esta redacción, Saviola está muy enfadado con el club y con los medios de comunicación que insisten en afirmar que tiene los dos pies fuera del equipo. Saviola no tiene intención de poner las cosas fáciles. Sabe que el hecho de haber desaparecido para las vacaciones, después para la Copa América y ahora por los Juegos, no le ha beneficiado nada.

Se le coloca en el Mónaco para la próxima temporada, que ya ha comenzado en Francia, por cierto. Saviola no admite preguntas y no decidirá hasta su regreso. Se cree capacitado para seguir formando parte de la delantera azulgrana. En el Camp Nou esperan poder verle por Barcelona la primera semana de septiembre. Coincidirá con un fin de semana sin Liga, en el que se podría agilizar la operación deseada por el Barcelona: dejar su plaza libre para que Henrik Larsson, uno de los triunfadores del verano, tenga un sitio más cómodo en los esquemas tácticos del holandés Frank Rijkaard­

A la espera de ser comunitario

El gran motivo que aleja a Javier Saviola del Barcelona es su pasaporte. Dice tenerlo todo en regla para ser considerado ciudadano italiano y así poder constar en la LFP como futbolista comunitario. Sin embargo, las prisas que tiene el club por aligerar la nómina de extracomunitarios le impiden tener la paciencia necesaria para esperarle. Queda claro que a Saviola no le queda más remedio que centrarse en Argentina y decidir después qué hacer con su vida.