Cuidado con el vestuario

Cuidado con el vestuario

Desconocemos qué le ofrecía el Espanyol a De Lucas y que pedía él por seguir en el club. Pero los argumentos del jugador son respetabilísimos e incluso irreprochables, la mayoría. No debe ser fácil que un chico de la cantera entienda que su club manifieste que no va a pagar más de una cantidad por una promesa del fútbol rosarino y acabe pagando el doble, tras gestión personal del presidente. Y que a él le digan que no hay dinero. Más allá de lo estrictamente futbolístico, y de que en su casa cada uno hace lo que quiere, una cosa sí es cierta: si juegas a cantera con todas las consecuencias, difícilmente se pueden pagar 6,9 millones de euros (cerca de 1.200 millones de pesetas) más sueldo por un veinteañero de Newell’s y discutirle 25 kilos a los tuyos. O 150.000 euros, para hablar en moderno.

Total, que se veía venir porque De Lucas es bravo y no está dispuesto a pasar por el malo de la película e irse del Espanyol como se fue Capdevila, a los pies de los caballos. En esta misma página está su verdad, que firmarían sin pestañear Tamudo, Lopo, Morales o Argensó, en el convencimiento de que el malestar de los jóvenes canteranos es el mismo y que De Lucas ha tirado de su manta porque es el primero al que le tocó renovar y no ha habido manera.

Qué decirle al club? Pues que respetando su postura en este asunto, convendría que valorara muy mucho lo que supondría en el Espanyol una rebelión de sus jóvenes. Cuando se traspasa gente como Pochettino, Cristóbal, Toni y Arteaga, veteranos en mil guerras que hacen vestuario y lo controlan y llevan de la mano a los jóvenes, conviene dar tiempo para que se pose la nueva generación de pesos pesados del equipo. De Lucas y compañía dieron un pisotón al frente importantísimo cuando le advirtieron a Dani que estaban con Flores y que ojo con pensar en despedirlo, tras aquella derrota en Las Palmas. Eso les enfrentó con compañeros llamados a ser de paso por el vestuario. La gente de la cantera ha demostrado que tiene cuajo y deberían dejarla cuajar. Dicho esto con un único interés: lo mejor para el Espanyol.