Uno por uno: La fe de Koke y de Filipe desatascan al Atlético

Oblak. El Málaga amasó la posesión de la pelota, llegaba bien a línea de tres cuartos, pero lo cierto es que hasta el minuto 78’ no probaron al esloveno. Fue Sandro, pero el meta tiró de colocación. Después volvió a reaccionar bien cuando el delantero malaguista intentó picársela por encima y a renglón seguido se lanzó bien para tapar el disparo se Santos. Hasta entonces su principal tarea había sido ganarle segundos al cronómetro en cada saque de puerta.

Juanfran. El Málaga intentaba llegar mucho por fuera y le crearon algún problema. Juankar e incluso Sandro le probaron y el de Crevillente respondió, no sin algún apuro. El estrés defensivo le impidió sumarse al ataque con asiduidad.

Savic. Alternó intervenciones decisivas, dos en particular sobre Sandro, con situaciones en las que volvió a sufrir ante jugadores móviles y rápidos. Sí estuvo muy firme en el juego aéreo y también supo aguantar el partido con una tarjeta amarilla.

Lucas. Pocas cosas quedaban por comprobar en este joven central y una de ellas era verle jugar bajo la presión de una pronta tarjeta. La vio por intentar arreglar un error en la entrega de Gabi, pero no le afectó. Atentísimo todo el partido a la espalda de Filipe, trabando muy bien sobre el escurridizo Keko.

Filipe. Keko y Rosales le buscaron las vueltas en la primera mitad. El Málaga observó cómo Koke se acercaba al centro y trataron de atacar la espalda de un brasileño algo solo, consiguiendo superarle en un par de ocasiones. Tras la reanudación insistieron sobre él, pero el lateral mantuvo el tipo e incluso con la fortaleza de llegar a devolvérsela Rosales. Inició la jugada que él mismo, con calidad y astucia, convirtió en el 0-2.

Thomas. Estuvo correcto, asegurando la pelota en conducciones que permitieron al Atlético sacudirse algo la presión inicial del Málaga. No desentonó, pero Simeone decidió sustituirle para darle algo de verticalidad al ataque para introducir a Correa.

Gabi. No completó un partido brillante con la pelota. Apenas un 67% en el pase y, detrás de Juanfran (22), fue el colchonero que más pelotas perdió con 21. Pero también fue el que más recuperó, 11. No ató en corto a Sandro como le hubiera gustado, pero las acciones del delantero malaguista no encontraban continuidad en los últimos 20 metros.

Saúl. Camacho le contestó el dominio de la segunda pelota. Fue un choque de trenes. El colchonero se desplegó algo en ataque cuando Simeone cambió al 4-1-4-1, dejándose ver algo por el campo rival. A raíz del gol volvió a recluir al ilicitano para ayudar a Gabi a vigilar a un Sandro que se movía bien entre la medular la zaga colchonera.

Koke. Incómodo durante algunas fases del partido, con dificultad para recibir, perfilarse y combinar entre líneas. A pesar de las dificultades no perdió la fe y así fue como desatascó el partido en el 26'. Recogió en zona de tres cuartos, le metió la pelota a Torres en la frontal y acompañó la jugada con muy buen criterio. Se encontró con el rebote y definió bien. No estaba fino, pero no se conformó. Fue el colchonero que más remató a puerta. Probó a Kameni desde fuera del área. En el 73' acompañó bien la presión y robó una pelota en la corona del área andaluza que recogió Torres y terminó rematando Griezmann.

Griezmann. Sin chispa ni ritmo. Se le notó algo ausente y plomizo, quizá por la carga de partidos en el parón internacional. Sin capacidad para profundizar y alejado del frente del ataque, Simeone decidió sustituirle para darle un respiro.

Fernando Torres. Su primera intervención y casi la única del primer tiempo, llegó en el 25', cuando recibió de Koke, se dio la vuelta entre Llorente y Ricca y le pelota suelta le quedó a Koke para abrir el marcador. El Atlético no llegaba con claridad al fondo y Simeone decidió ir poblando cada vez más la medular dejando al de Fuenlabrada solo en el ataque. En el 74' le filtró a Filipe la pelota que dejaba al brasileño solo ante Kameni para el 0-2. No tuvo opción de rematar a portería, pero los dos goles colchoneros partieron de sus botas.

Correa. Saltó al campo por Thomas para ofrecerle al equipo algo de verticalidad y mordiente, con la misión de atacar con sus cambios de ritmo a un Málaga ya desgastado. Pero apenas pudo intentarlo. Los andaluces mantuvieron casi siempre la posesión sin demasiados riesgos y en estático no tuvo la oportunidad de asociarse para generar. Cuando el Cholo pasó a cinco centrocampistas se alejó aún más de la zona de peligro.