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CAFÉ, COPA Y FÚTBOL | CARRASCAL

"Soy del Atlético por el Cholo; si se va me haré de su equipo"

Maestro de una edad gloriosa del periodismo José María Carrascal, a sus 86 años, empuña su pluma con el espíritu de un joven reportero. Confiesa que Pelé es su referente y no esconde su pasión por Simeone.

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"Soy del Atlético por el Cholo; si se va me haré de su equipo"

Atlético de Madrid - Granada en directo

Usted ha pasado media vida en Estados Unidos, ¿por qué cree que allí no acaba de penetrar del todo el fútbol?

-Desde siempre, el fútbol en Estados Unidos era el deporte que practicaban los que no servían para el baloncesto o el béisbol. Y quizá una de las razones por las que en Estados Unidos no se hayan volcado con el fútbol es porque a los norteamericanos les gustan los tanteos altos, no conciben un partido que termine con 1-0 o 2-1, mucho menos que acabe el partido cero a cero. También, no hay que olvidarlo, el fútbol empieza allí siendo un deporte de chicas y practicado mayoritariamente por latinos. El racismo inmanente en Estados Unidos es tremendo. Pero las cosas están cambiando y hay muchos bares en Nueva York que están llenos de pantallas de televisión emitiendo los partidos de fútbol de las ligas europeas.

-¿Y usted a qué equipo anima?

-Va a decir que me escabullo pero ya veo el fútbol como un diletante. Soy del equipo que le echa más pasión al juego. Podría decir que ahora soy del Atlético de Madrid porque soy del Cholo, si este entrenador se fuera a otro equipo probablemente cambiaría yo también.

-¿Cree que los recientes éxitos de la Selección española de fútbol han puesto a España más en el escaparate del mundo de lo que estaba?

-No llego a tanto, pero no hay que olvidar que el fútbol es de lo más universal que existe, es muy poderoso. Creo que lograr el Mundial de Sudáfrica contribuyó a ayudar al país. El fútbol consigue cosas que por otros medios son más difíciles de lograr.

-Que el Real Madrid sea el rey de Europa con sus once copas ¿a quién favorece más, a España, al Real Madrid o a Florentino Pérez?

-Yo creo que a este último que has nombrado, al presidente Florentino.

-En su ensayo ‘El origen deportivo del Estado’ Ortega se refería al deporte como la gran metáfora de la vida.

-Desde luego, en las universidades inglesas y en las americanas se le da una enorme importancia al deporte. En este sentido, el fútbol es uno de los grandes fenómenos de nuestra época. El fútbol ha sustituido a las guerras europeas, es la guerra por otros medios. Se marcan goles en vez de tirar balas. Y voy más allá, el fútbol se juega con los pies, lo que implica complejidad, y también se juega con el corazón y en no pocas ocasiones el pequeño le puede ganar al grande, y eso lo hace emocionante y a la gente le gustan esas cosas.

-¿Qué le parece la decisión de Piqué de abandonar la Selección española tras el Mundial?

-Que cada uno haga lo que quiera. Si Piqué ha decidido eso es su derecho y también su problema.

-¿Cuáles son sus ídolos futbolísticos de ahora?

-Citaré a Messi y a Cristiano, pero no como ídolos sino como dos tipos superdotados para el fútbol. De todas formas, yo prefiero a los centrocampistas, los medios. Xavi, Iniesta, Modric, Casemiro, que me parece un fantástico futbolista. Admiro más a éstos, son los que fabrican la jugada del gol aunque reciban menos focos que los más famosos delanteros.

-¿Quién sería el Walter Cronkite del fútbol?

-Pues déjeme unos instantes que me inspire….. O Rei Pelé. El más completo, ahí uno todo, la energía, el dominio del balón y el sentimiento del fútbol. El fútbol es un juego de conjunto, el individualismo no vale. Cada jugador tiene que pensar en el compañero que tiene al lado, tiene que pensar que todos son un equipo. Y Pelé tenía un enorme sentido de equipo.

-¿Cuál es la revolución pendiente en España?

-El español debe dejar de ser un súbdito para convertirse en ciudadano.

-¿Sin gobierno en España se vive mejor?

-Los españoles somos incapaces de vivir sin gobierno, al revés que los italianos. Pero resulta que ahora, sin gobierno, la realidad es que no estamos viviendo tan mal. Si hay instituciones fuertes en la democracia no hay que temer que nadie decida por nosotros.

-¿En qué fallan las sociedades democráticas?

La democracia, ante todo, deber ser responsabilidad, tanto individual como colectiva, y ahí fallamos. Ortega hablaba del concepto de nación como un proyecto sugestivo de vida en común y esto creo que no acaba de digerirse en condiciones.

-¿Cómo cree que son vistos los políticos españoles por el mundo?

-No son vistos. Verá, los países felices son aquellos en que no se conoce el nombre de su presidente, por ejemplo Suiza, ¿quién sabe el nombre de su presidente? España es un país de término medio que en algún momento ha provocado el estupor del mundo y hoy es una potencia media que no causa mayores problemas. En este sentido, el que no sean conocidos los políticos españoles lo considero un plus más que un menos.

-Usted dice que existen dos Españas: la laica y la religiosa, ¿por cuál de ellas apuesta?

-Creo que no se autoexcluyen como consideran muchos españoles pero yo prefiero lo laico.

-En Estados Unidos la gente irá a votar al presidente con la nariz tapada?

-Sí, totalmente, porque si es verdad que Hillary no da la talla, Trump es un peligro mundial.

-¿Nueva York seguirá conservando su aura de ciudad mítica, fabulosa, tan de cine?

-Nueva York es la Roma de nuestro tiempo. Todo aquel que quiere prosperar, triunfar en su profesión, cualquiera que sea, llega a Nueva York por una cosa muy sencilla: sabe que el eco de lo que ocurre en esa ciudad se expande por todo el mundo. Durante un tiempo fui más o menos vecino de Plácido Domingo en Nueva York, digamos que me solía cruzar con él en el barrio y me decía que en el Metropolitan de Nueva York le pagaban mucho menos que en casi todos los teatros del mundo pero esa crítica del New York Times era invencible. Y quiero dejar algo claro, Nueva York es una de las ciudades más cordiales y más solidarias y humanas que existen a pesar del vértigo urbano que parece evidente. Mucho tiene que ver que, en Manhattan, por ejemplo, prácticamente ha desaparecido el tránsito de coches particulares.

-¿Terminó la edad dorada del periodismo?

-Yo he vivido muchas grandes épocas, ahora, es verdad que la situación ha cambiado y se ha enrarecido. Mis primeras crónicas desde Berlín las enviaba por correo aéreo y eran muy buenas porque tenían que durar tres días. Al escribirlas tenía que esforzarme para que mantuvieran la actualidad en el momento de ser publicadas. Ahora, el concepto de actualidad con la llegada de los medios digitales es más atropellado. En fin, yo soy un periodista de pluma, un plumilla, a mí lo que me gusta es escribir y lo sigo haciendo. No creo que vaya a morir la prensa escrita aunque sí tengo claro que lo máximo que quedarán en las ciudades serán dos periódicos.

-Después de una larga carrera como corresponsal de prensa... Berlín, Nueva York, a los sesenta años se pasa a la recién nacida televisión privada en España, ¿cómo se decidió?

-No lo tenía nada claro. Yo colaboraba como corresponsal en Nueva York con Antena 3 de Radio y cuando montaron la televisión me llamó Luis Ángel de la Viuda y me dijo que Manuel Martín Ferrand quería que presentase un telediario. Pero no hice mucho caso al principio, le dije a Luis Ángel que Manolo estaba loco. Uno de los que más influyó en que yo diera el paso fue Bill Striker, un viejo amigo, corresponsal checo en la ONU, quien me aconsejó que aceptara el puesto porque iba a llegar a más gente e iba a ganar mucho más dinero. Y mi amigo Julio Iglesias también me animó y me dijo lo mismo. Así que acabé aceptando.

-Se hizo muy popular gracias a su personal estilo, sus editoriales, esa lectura de los titulares de prensa y, sobre todo, a las imitaciones que le hicieron los humoristas de la época.

-Desde luego mi salto cuántico a la fama fue en el año 1991 cuando me imitaron Martes y 13 en el programa de las Campanadas de Nochevieja. Hicieron una imitación mía memorable. Josema Yuste lo bordó sentado en el borde de la mesa del plató, caricaturizándome a fondo, y acabó cayéndose al suelo porque la mesa no podía soportarle más. Después de esa actuación la audiencia de mi informativo se duplicó, y llegué a alcanzar un 43 por ciento.

-Una de sus intervenciones memorables fue cuando, al dar el avance de los temas que iba a tratar en su informativo, concluyó mandando al personal a la cama.

-Si, porque llegó un momento en que el horario del programa era tremendamente irregular. Unas veces salía a las once y media de la noche, otras a las doce y luego el asunto se fue complicando. El caso es que un día me comunicaron que el informativo iría a las tres y cuarto de la madrugada y, claro, eso ya era excesivo y me permití una pequeña rabieta. Presenté el sumario del informativo y dije a cámara que se emitiría a las tres y cuarto de la madrugada, así que solté: ¡váyanse a la cama!. Creo que fue la única vez que me llamaron la atención en las alturas.

-¿Cuántas corbatas llegó a lucir en sus telediarios de Antena 3?

-No recuerdo, pero hubo un momento en que me encontré con más de 300 porque me llegaban de todas partes. Hoy no deben pasar de 100, que no son pocas.

-Sus corbatas eran el último grito, quiero decir que eran chillonas, que daban el cante.

-Algunas de ellas sí, pero las elegía chillonas para que hicieran contraste con mi formal manera de vestir. La corbata es el único grito que admito en el atuendo masculino.

-Llegó a intercambiarse alguna corbata con Luis Aguilé?

-¿Con quén?

-Con Luis Aguilé.

-Ah, pues no.