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BARCELONA

“No se puede comprar la absolución de una persona”

Los abogados del Barça defienden el pacto que exonera a Rosell y Bartomeu. Y dicen que, en el Barça, club de los socios, el pacto con la Fiscalía “fue empresarial”.

Actualizado a
“No se puede comprar la absolución de una persona”
Rodolfo Molina

El jefe de los servicios jurídicos del Barcelona, Román Gómez Ponti, y el abogado del club en el caso Neymar Cristóbal Martell comparecieron este miércoles ante los medios para explicar el pacto que el Barcelona está a punto de firmar con la Fiscalía y la Abogacía del Estado en el caso Neymar. Por el mismo, Bartomeu y Rosell quedan exonerados y el club asume la culpa en dos delitos fiscales y paga 5,5 millones de euros. Arrancó Román Gómez Ponti. “Para nosotros no ha sido un plato de buen gusto recomendar un acuerdo en el que la institución queda condenada. Pero era lo mejor para los intereses de la entidad. No es ningún triunfo sino la mejor de las soluciones”. Martell dijo que no tenía “ni idea” de cuándo se firmaría el acuerdo pero que están en el cruce de borradores: “Se puede producir mañana, pasado mañana o esta tarde”. Y en el Barça, club de los socios, Martell admitió que “sé que se trata del Barça y que es algo cargado de sentimiento” pero que la decisión es “empresarial”.

Gómez Ponti fue contundente: “Aquí no ha habido compadreo, chalaneo ni componenda. Esto no funciona así. No sé si conocéis cómo funciona la Justicia. El acuerdo ha sido visado por la Fiscalía General del Estado y por funcionarios de la Abogacía. No es posible el compadreo, el chalaneo ni cesiones contrarias a la ley. Si alguno luego quiere ir a la radio a decir que es un compadreo, puede. Pero cualquiera que conozca la justicia sabe que no se puede comprar la absolución de una persona a cambio de no sé qué”.

Cristóbal Martell también explicó paso a paso la resolución que libra a Rosell y Bartomeu.“La primera cuestión que juzgo esencial es que este pacto de trata del entendimiento de una conformidad. Esto no es un invento creado ad hoc para este asunto. Esto es un instrumento procesal. Funciona todos los días y a todas horas en los tribunales. En una conformidad que tiene algo de transacción, todos ganan y pierden. La conformidad del Barcelona con la Fiscalía y la Abogacía del Estado no es como la conformidad entre dos particulares. Abogacía y Fiscalía están sujetas a la más estricta legalidad. Aquí no se mercadea nada”. Luego aclaró algo sobre el actual presidente: “Bartomeu no fue acusado y nunca lo fue y eso que en la apisonadora de la Audiencia Nacional ya se planteó su imputación. Con el silencio de la Abogacía del Estado quedó expresado que no tenía intervención penalmente en los contratos. Ya la Audiencia Nacional resolvió que no debía ser imputado por los contratos y el impacto fiscal. Lo que ocurrió luego es que el Barça tenía una lupa muy grande encima de él y se produjo una duda jurídica. Había que saber, respecto de aquellos 40 millones que contemplaba el contrato de 13 de junio de 2013 por adelantamiento del fichaje, si había una simulación de contrato”.

Y aquí viene el punto clave. El Barça asegura que lo que hizo fue cerrar un acuerdo “empresarial”. Martell lo explicó: “El núcleo de la discusión es si había negocio simulado. La Agencia Tributaria no creía que hubiese scouting ni contrato de agencia (explotación de la imagen de Neymar y el Barça). La Agencia Tributaria creía que había contratos simulados con una realidad aparente, la que se escribe, y simulada, la que subyacía. Y como estos contratos no habían tenido un recorrido como el esperado, había riesgo. Y ante un riesgo en abstracto de multa de 22 millones de euros, se entendió razonable pactar una multa de 5,5 millones y dejarlo estar. Aquí entró el posibilismo. Y pensar que entre el cielo y el infierno existe algo que sin ser el paraíso es razonable. Se cierra el asunto y se pasa página para evitar una contingencia. Había que pasar página. Es una decisión empresarial. Sé que se trata del Barça, es algo cargado de sentimiento. Sé que no es una empresa pero patrimonialmente había que tratarlo como una empresa. Fue un cálculo de daños. Había un riesgo serio y se llegó a un acuerdo”.