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ESPAÑA 1 - UCRANIA 0

Isco lidera y Morata decide

España solucionó la papeleta con un gol del ariete de la Juve a la media hora. El malagueño fue el mejor de una Selección que sigue segunda. Alba se fue lesionado.

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Isco lidera y Morata decide

Jamás fuimos una Selección de goleadas, ni siquiera en los mejores tiempos del tiqui-taca. La diferencia es que antes nos protegíamos con el balón y ahora besando estampitas. España gana como antes, pero sufre como nunca. La victoria es la mejor noticia y la paciencia el mejor consejo. Reinventarse llevará tiempo.

Ni siquiera el estadio marcó el gol que antes le adjudicábamos. Al menos, no hubo tristeza en los alrededores. El himno, cantado por el público, nos recordó que en Sevilla sólo se silba a las guapas. Más que calvas, el Pizjuán lucía entradas de madurito atractivo. El ambiente era bueno, por tanto, aunque no fuera el de los viejos tiempos y el de las palmas interminables.

La Selección se desplegó por ese escenario con la primera intención de descubrir al contrario, de confirmar los vídeos y la charla del míster. Todo era cierto. Ucrania es un equipo de clase media, sin virtuosismos, pero equilibrado en lo físico, en lo táctico y en lo técnico. Un adversario para cocinar a fuego lento y vigilar de cerca, con cuidado de no quemarse las pestañas.

Así lo afrontó la Selección. De inicio envió a Isco para buscar fisuras en su ordenadísima defensa. Los encontró. No hay nada mejor que el talento bullicioso para derribar puertas y muros. España, sin embargo, no consiguió el gol en ese primer tramo. De modo que fue Iniesta quien asomó por el ataque. Su presencia se hizo notar: pases, auxilios varios y un regate espléndido que estuvo cerca de fracturar la pelvis de un adversario.

Entretanto, Morata, en su primera titularidad en partido oficial, se peleaba con los centrales ucranios. A los ocho minutos tiró fuera la que marcó Luis Suárez en el Clásico: disparo cruzado tras desmarque a la carrera. A los veinte no falló. Koke le lanzó al primer toque y el delantero de la Juve aguantó la carga de Khacheridi antes de batir al portero.

El gol penalizaba la valentía de Ucrania, que se había aproximado con peligro en un par de ocasiones. El castigo habría sido definitivo si Sergio Ramos hubiera marcado de cabeza, muy poco después; su remate pegó en una escuadra, el segundo premio en la lotería del fútbol.Lo siguiente fue una indefinición que se prolongó durante la segunda parte, con los ucranios cada vez más afilados.

España perdió fuelle y confianza. Fue entonces cuando intervino Casillas, muy bien con las manos y bastante peor con los pies. Fueron minutos interminables en los que animamos más al minutero del reloj que a los jugadores sobre el campo. El talento permanece, pero ya es un hecho aislado. Cazorla pudo hacer el segundo en preciosa combinación con Isco. Nos queda eso para entretener la espera. Nos falta el resto: ganar, ganar y volver a ganar.