Fallece Gabriel Jorge, el 'abuelo' de la Selección y del Espanyol
Había sido distinguido como el internacional español más longevo y era el último superviviente de la Copa que los pericos conquistaron en 1940, ante el Madrid.


Un homenaje y el consiguiente Diploma de Honor, en 2009 de manos de la Federación, distinguían como el internacional más longevo de la Selección española a Gabriel Jorge Sosa, que ha fallecido esta pasada madrugada a los 98 años en su Tenerife natal. Su única internacionalidad la cosechó el 12 de enero de 1941, en un Portugal-España disputado en Lisboa (2-2), únicamente la punta del 'iceberg' de una carrera en la que fue un símbolo y carismático estandarte, sobre todo en el Espanyol.
Jorge, natural de Santa Cruz de Tenerife, dio allí sus primeros pasos futbolísticos. Pero, a como muchos otros, la Guerra Civil estuvo a punto de truncar su progresión. Incluso fue reclutado para luchar en Madrid. Fue muy poco después del término de la contienda, en 1939, cuando le fichó el Espanyol, donde acabaría cuajando ocho prolíficas temporadas. De hecho, Sosa era el último superviviente de la Copa de España que los pericos conquistaron en 1940 tras derrotar al Madrid, con una asistencia suya en la prórroga para el definitivo 3-2. También se convirtió, como destacaba Jordi Puyaltó en la magnífica semblanza que le dedicó hace unos años, en el único jugador de la historia del Espanyol que disputó tres finales: a la citada de 1940 cabe unir las de 1941 y 1947, éstas con final amargo. También contribuyó decisivamente a eludir el descenso en otras tres promociones, en 1943, 1944 y 1946.
Conocido como la 'Batuta tinerfeña' y uno de los 'Piratas' de la Manigua, cerró su ciclo perico con 51 goles y se marchó al Badalona, que entonces militaba en Segunda, aunque dos años más tarde, en 1949, regresó a su tierra para enrolarse al Tenerife, con el que en 1953 alcanzó el ascenso a Primera. Allí pasó décadas de su vida con alguna interrupción, como los homenajes que le brindaron la Federación en 2009 o el propio Espanyol en 2010, cuando fue invitado para conocer el estadio de Cornellà-El Prat, cita que experimentó visiblemente emocionado. Como emoción deja la marcha de uno de los grandes de la historia perica. Descanse en paz.