El Levante coge aire y deja al Mallorca en el precipicio

Pronto se desmoronó la endeble zaga granota, que nada tiene que ver al sólido bloque que llegaba a ser desesperante para los rivales. Hemed se aprovechó de un nuevo cúmulo de despropositos y se encontró un balón dentro del área que alojó en las redes de Keylor. Pasaban poco más de cinco minutos y la salida en tromba dispuesta por Manzano daba sus frutos. El Levante se había comprado la empanada a su llegada al aeropuerto en lugar de a la vuelta y le duró, más menos, media hora. Pero los insulares se conformaban con probar a Keylor desde fuera. Giovani, Víctor, Nsue... todos lo intentaron sin demasiada puntería. El Mallorca se fue apagando con el paso de los minutos, lo normal aplicando un ritmo tan alto al principio y en ello asomó el Levante varias veces por el área de Aouate. Casi todas por la derecha, donde Pedro Ríos ponía algo de interés y varios centros sin remate. Y una de ésas, fue su tocayo de la derecha, López, el que buscó a algún rematador y lo encontró. De rebote, pero lo encontró. Porque ni Acquafresca ni nadie esperaban que el balón le diera en la cabeza al italiano y fuera para dentro.

La lesión de Barkero mediado el primer acto significó únicamente un cambio de cromos con la entrada de Michel. Los de Manzano reclamaron dos penaltis que quedaron impunes. Uno por mano de David Navarro en una jugada que esataba anulada ya por fuera de juego y otro en un derribo de Iborra a Gio dentro del área. Ni uno ni otro fue para el colegiado. Pero no es suficiente excusa para defender un resultado que deja a los bermellones colgando del precipicio. Porque tampoco es que crearan tanto peligro como para mercer más. Los de JIM se afianzaron en defensa y en contra sólo recibieron un par de tímidos remates de Víctor y un arreón final con más corazón que cabeza. Y así lo que pasa es que la Segunda División está más cerca para los de Manzano mientras que JIM, aunque no sellan la salvación matemática, limpian su mente y se dan un respiro en la dura crisis que atraviesan.