"El sueño empezó ganando al Brasil de Ronaldinho"

El reportaje | Diez años del triunfo español en el mundial sub-20 de Nigeria

"El sueño empezó ganando al Brasil de Ronaldinho"

"El sueño empezó ganando al Brasil de Ronaldinho"

España se proclamó campeón del mundo Sub-20 hace hoy diez años. El escenario, el estadio Surelere de Lagos (Nigeria) El rival en la final, un sorprendente equipo de Japón. El resultado, 4-0. En aquel equipo mandaba un jovencito Xavi Hernández...

Ja, ja, esa foto!" Xavi ríe con ganas recordando el momento y la situación, ayer en la Ciudad Deportiva del Barça.

"Fue cosa de Felipe Sevillano y refleja el sueño que suponía para todos nosotros ser campeones del mundo. Lo conseguimos y pienso que fue el primer paso hacia la conquista de metas superiores como el triunfo en la Eurocopa de Alemania. Una experiencia que nos dejó el título y una gran amistad entre todos. Y se logró ante excelentes rivales que llegaron con gente que iba a ser muy importante en el fútbol".

A saber y por citar unos cuantos: Paraguay mostró a su Roque Santa Cruz. En Argentina estuvieron Cambiasso, Duscher, Gabi Milito y Galletti. Rafa Márquez defendió a México. Forlán y Chevantón formaban el ataque de Uruguay. Simao Sabrosa era el santo y seña de Portugal. Duff, el rubio delantero que pasó por el Chelsea, era la figura de la selección irlandesa. Honduras trajo a Suazo y Brasil, agárrense, a Ronaldinho, Edu, Matuzalem, Fabio Aurelio, Fernando Baiano (lanzó un penalti a lo Panenka, con buen resultado) y Mancini. Mali, a Diarra y el hoy barcelonista Seydou Keita, que fue elegido mejor jugador del torneo. Nuestro Pablo Couñago, con cinco goles, ganó la Bota de Oro del torneo.

"Debutamos contra Brasil y le ganamos por 2-0. Gabri metió los dos goles. Era un estreno peliagudo por el adversario y porque en estos torneos conviene pegar primero. Y era un torneo de verdad, con su grupo de clasificación, sus octavos, cuartos... Recuerdo que aquella noche, tras ganar a los brasileños, nos juntamos y lo vimos claro: si habíamos podido con Ronaldinho y todos esos, ¡p'alante! Creímos en el título a la primera", explica Xavi. Luego llegó Zambia:

"Empatamos a cero; era el clásico equipo africano fuerte físicamente y no supimos abordarle. La tercera jornada era decisiva. España y Zambia llegamos con 4 puntos y Brasil con 3, pues había ganado a Honduras".

La memoria de Xavi es de diez... Los favoritos no fallaron: España se deshizo de los hondureños por 3-1 (goles de Pablo, Varela y Rubén) y Brasil le hizo cinco a los zambianos.

"Entramos en octavos como primeros de grupo y tocó Estados Unidos, que no se maneja mal en estas categorías, y su grupo fue de sorpresa en sorpresa: al final pasaron Japón y ellos y quedaron fuera Camerún e Inglaterra, que no ganó un partido. El caso es que nos pusimos 3-0. Pablo metió dos goles y yo uno, el primero de los dos que conseguí, el otro llegó en la semifinal. Al final la cosa acabó 3-2 con un gol yanqui en el último minuto. Nos sirvió de experiencia: jamás puedes dormirte y menos en un torneo de alto nivel".

Los octavos dejaron dos resultados sorprendentes: Japón (el gran tapado) eliminó por penaltis a Portugal y México goleó (4-1) a Argentina en una segunda parte extraordinaria. El 'Hueso' Galletti avanzó a su equipo antes del descanso, pero los mexicanos le dieron vuelta al partido con una gran exhibición y tantos de Rodríguez (dos) Osorno y González. Esperando los cuartos, a los chicos de España les entró un bajón:

"Sí, las condiciones de vida allí no eran buenas, comíamos muy mal, empezaba a pesarnos tanta incomodidad. Ahora lo afrontaríamos de otra manera; entonces firmábamos irnos a casa en cuartos. Pero Iñaki Sáez, el seleccionador, y Carlos Lorenzana, que era el preparador físico, nos reunieron y nos hablaron como unos padres".

Bosman y la fe

Los técnicos asumieron el reto de convencer a un grupo veinteañero de que su papel estaba allí y no en casa. Lo lograron:

"Nos convencieron de que no sólo había que seguir sino ganar el torneo. Por entonces acababa de salir la sentencia Bosman y uno de los argumentos que esgrimieron Iñaki y Carlos fue que el torneo era el mejor escaparate para nosotros, que el Mundial estaba lleno de ojeadores de todo el mundo y que el panorama había cambiado radicalmente para los futbolistas. Vimos claro que sí, que debíamos apretar los dientes por el equipo y por nosotros. Y por la fe que ambos tenían en nuestras posibilidades".

Pero el fantasma de los cuartos estuvo a punto de arruinar las buenas intenciones del recuperado equipo español: el 18 de abril, en Kaduna, otro equipo africano se cruzaba en el camino español: Ghana. Empate a uno y a los penaltis:

"Ahí nos vimos morir. Barkero nos adelantó de penalti, y ellos empataron en el 90 (gol de Ofori Quaye, que desarrolló parte de su carrera en Grecia). Fuimos a los penaltis y acabamos ganándoles por 8-7. Nuestro portero fue él, sí, el 'pesao' de Iker que, naturalmente, paró lo que tenía que parar y nos metió en las semifinales. Iñaki los turnaba a él y a Aranzubía". (Xavi llama 'pesao' a Iker por lo que para: "Me pone de los nervios cuando para tanto, se pone pesadísimo", dijo divertido el azulgrana no hace mucho).

Para entonces, España se fijaba muy mucho en lo que estaba haciendo en África aquel grupo de chavales que avanzaba hacia una conquista histórica: un Mundial. Antes, la Eurocopa del 64 y el oro en Barcelona 92 eran los hitos de nuestro fútbol:

"Nos dieron mucha bola y el recibimiento en Madrid, cuando volvimos con la copa, fue extraordinario. El primero que viví en esa ciudad, ¡ja, ja! Después llegó lo de la Plaza de Colón que fue inolvidable. Lo agradeces porque cuando eres joven esas cosas marcan. Allí estábamos Colsa, Coira, Jusué, Barkero, Yeste, Gabri, Marchena, Bermudo, Rubén, Varela, Pablo, Aganzo Gente humilde, la gran humanidad de Sáez Nos dimos cuenta todos de que la base española era buena, que tradicionalmente había respondido en los grandes torneos de las categorías inferiores, pero faltaba el espaldarazo y lo dimos. Desde entonces quedó pendiente el gran salto, vernos campeones a nivel absoluto y llegó en Viena. ¿Sabe? El otro día me llamó Marchena y me dijo que vamos a montar una cena en cuanto sea posible para recordar Nigeria. ¡Lo que me apetece volver a juntarme con todos ellos!"

Mali, Japón, Iker.

Para el éxito faltaban dos peldaños, el primero la semifinal con Mali. Otro africano al que esta vez sí ganamos:

"Por 3-1. Varela marcó dos goles, uno nada más empezar, y ellos recortaron distancias en el segundo tiempo. Un gol mío en el último minuto resolvió un partido complicado. En la final nos esperaba Japón".

El tapado, la revelación del torneo. Lo inició perdiendo con Camerún (2-1), pero se recuperó ganando a Estados Unidos (3-1) e Inglaterra (2-0). En octavos eliminó a Portugal, en cuartos a México (2-0) y en semifinales a Uruguay (2-1):

"Todo el mundo nos daba como favoritos, pero los japoneses jugaban bien. Tenían a Ono, que pasó por Europa, y varios buenos futbolistas. Pero les superamos en un primer tiempo sensacional con dos goles de Pablo y uno de Barkero. En la segunda mitad, Gabri marcó el 4-0 final. Jugamos a 40 grados y no se me olvidará el momento en que Pablo Orbaiz, nuestro capitán, levantó el trofeo. ¡Qué momentazo!".

Esa cena de Marchena esperará a que acabe la Liga. Xavi se encontrará con él mañana en Mestalla. Y después, con Iker en el Bernabéu:

"Sí, van a ser dos partidos tremendos y con el Chelsea dando vueltas por aquí Les espero ganar a los tres, ¡ja, ja! A Marchena, a Casillas y a los ingleses", confía el gran hombre del Barça.

La pregunta final es obvia: ¿Qué sintió cuando vio que 'el pesao' paraba aquel penalti a Casquero? Xavi se destapa:

"Estaba viendo el partido con un amigo y en ese momento le dije: '¡El final, que pite el final y acabe 2-2!' Es que 'eso' lo hemos vivido todos. Iker sacando rápido, el Madrid lanzado. Me temí lo peor y acerté. Pero me gusta ese carácter ganador que tienen, eso tan especial que le transmiten Raúl, el propio Iker Sobre el Madrid, y en ese partido en concreto, se podrá decir que es suerte. Pero no casualidad".