Los intereses de los clubes no son coincidentes a veces con los de sus jugadores. Andrés Iniesta abandonó "con rabia" la concentración de la Selección a la que lamentó no poder ayudar "por una inoportuna lesión". No lo dijo, pero quizás Iniesta lamentó haberse lesionado en la segunda parte del encuentro ante el Málaga, un partido que su equipo, el Barcelona, había dejado sobradamente resuelto en la primera mitad con un 4-0 insalvable.

La baja de Iniesta, que se quedó a comer con sus compañeros antes de volver a Barcelona, también fue lamentada por uno de sus más directos rivales en la Liga, Sergio Ramos, que dijo que "España notará la baja de Andres" y hasta por Mata, su sustituto: "Lo mejor es que vuelva cuanto antes porque la Selección le necesita". Ambos testimonios abundan en una realidad contrastada: que la unión de los jugadores internacionales es inquebrantable, por encima incluso de la rivalidad en la Liga.

A la baja de Iniesta hay que sumar la de otro azulgrana, Puyol, que como su compañero lamentó no poder ayudar a la Selección ante el doble enfrentamiento con Turquía.

Por suerte para España, Xavi y Silva, otros dos puntales de la Roja, sí que se pudieron quedar en la concentración, aunque no pudieron tocar balón en el entrenamiento de ayer.