El enésimo traspiés en blanquiazul de esta temporada parece haberse aclarado con una llamada a la unión definitiva, contundente y con poco margen a las malas interpretaciones. Tras una reunión de más de media hora en la que también estuvo presente el cuerpo técnico, el equipo cerró con un "mensaje de unidad" la crisis. Ésta se había abierto tras haberse desvelado, a través de un editorial en La Vanguardia, una salida nocturna de varios jugadores hasta altas horas de la madrugada del jueves al viernes en la discoteca Sutton de Barcelona. La noche empezó con una cena en la que no acudieron todos los componentes de la primera plantilla. Algunos prefirieron quedarse en casa.

En la reunión de ayer, que se produjo en el vestuario de la Ciudad Deportiva, también estuvo presente Dani Ballart, que hasta este pasado lunes fue el encargado de la oficina de atención al jugador. Tal como anunció AS ayer, Ballart fue despedido por los responsables del Espanyol.

Los jugadores defienden la labor que ha realizado Ballart en las dos últimas temporadas, pero no han podido hacer nada ante una decisión tomada desde las más altas instancias del club, que desde hace cierto tiempo habían perdido la confianza depositada en su día sobre Ballart. Cabe recordar que el waterpolista salió expresamente del consejo directivo del club para entrar a formar parte de la nómina de empleados. El Espanyol no ha hecho oficial su despido ya que, formalmente, no se ha efectuado al no haber llegado a un acuerdo económico para la rescisión de su contrato. No habían tenido tiempo material para alcanzarlo.

En el cónclave previo al entrenamiento de ayer, los capitanes tomaron la palabra para dejar clara la postura que se iba a tomar: "Vamos a unir todos juntos a por la salvación porque la afición lo merece". Esa fue la conclusión después de que cada uno defendiera su postura. Los que estuvieron en la ya famosa noche del Sutton también dijeron la suya.

La posible sanción a los jugadores implicados en este caso queda en manos del rigor del código interno existente entre los futbolistas y el club.

El hecho de que entre esta presunta salida y el siguiente partido (en Getafe) hubiera más de 48 horas puede dejar parada cualquier tipo de amonestación económica o disciplinaria.

Ningún jugador de la plantilla pasó por la sala de prensa en la jornada de ayer. Hoy debería hacerlo el entrenador. Mauricio Pochettino tendrá pues la ocasión de contestar a las preguntas de los medios acerca de esta polémica.

Un triunfo.

La de "ganar" sigue siendo la única obsesión en el vestuario. Uno de sus integrantes deslizó ayer que estaban "a punto" de conseguirlo, simple por el paso previo al sufrimiento habitual. El Sevilla es el próximo escollo. Se entiende que cualquier brecha abierta va a cerrarse con los buenos resultados que están por llegar.

Ballart no habló y todavía no ha finiquitado

Dani Ballart se pasó toda la mañana en Sant Adrià como ha venido haciendo en los últimos meses, siempre cerca de los jugadores, sobre todo de los recién llegados. Deja en el Espanyol ha grandes amigos a los que seguirá viendo. Todavía no ha finiquitado su contrato con el club. Ayer no quiso hacer declaraciones a su salida, casi a las 14:00, de la Ciudad Deportiva.