Cuando Lautaro Acosta recibió la llamada del Sevilla no lo dudó. Pidió referencias a su amigo Fede Fazio, con el que conquistó el Mundial Sub-20 en 2007, y a Emi Armenteros, que milita en el Sevilla Atlético. Apenas hizo falta que le convencieran. "Le va a ir bien porque un jugador argentino se adapta a todos los juegos y a las diferentes culturas. Tiene mucha entrega y mucha velocidad. Puede jugar en muchas posiciones. Es un jugador muy inteligente y se puede adaptar bien al equipo", asegura Fazio cuando se le piden referencias sobre su compañero de habitación.

El ex de Ferro Carril le está sirviendo de 'cicerone' desde que aterrizó en España. Le aconseja y orienta. Son casi uña y carne. Un clan argentino con muchas ganas de triunfar. Y es que Lautaro sólo piensa en seguir los pasos del defensa: "Fede es el espejo en el que me gustaría mirarme. Es obvio que no en cuanto a la posición, pero sí en la evolución porque de un año a otro dio un paso muy grande. En Argentina se habla mucho de Fede y de su gran futuro. Me gustaría que mi puesto se desempeñara de la misma manera y se hablara igual".

El 'Laucha' siempre soñó con jugar en Europa y reconoce que el Sevilla le ha otorgado una gran proyección a su compatriota: "Fue increíble la evolución que tuvo seis meses después de llegar al Sevilla Atlético. Fue una de las principales figuras de nuestro equipo en el Mundial de Canadá que ganamos. Y después, todo lo que ha hecho este último año ha sido increíble. Ha sido una pieza fundamental".

Acosta es un devoto del fútbol y de la religión. En Sevilla, compartirá piso con su hermano Rodrigo, un año mayor que él, que comenzará la temporada en el Sevilla C. Ilusionado y sorprendido por la amabilidad que ha encontrado en España, sólo piensa en comerse el mundo: "A mí me gusta dejar huella donde voy, ojalá pueda dejar mi nombre y ganar un título. Disfruto no sólo jugando, sino ganando cosas. Sé que llego a un equipo ganador".

El derbi.

Como buen argentino, apenas hace falta lanzarle el dardo para hablar de los derbis, los clásicos como ellos lo llaman. Ya los ha vivido en su país entre Lanús y Banfield, casualmente, rojo y verdiblanco respectivamente. "Me contaron que los derbis son muy lindos y que se vive con muchos días de antelación. No hay violencia que eso en Argentina es preocupante. Mi equipo es Lanús. El clásico es con Banfield". Se pone serio antes de romper en una carcajada: "Y es la última vez que lo nombro".

El dúo argentino se marcha hoy a Japón para preparar su participación en los Juegos Olímpicos. Eso sí, sin dejar de pensar en la Liga.