La profesión de periodista tiene una gran ventaja: no existe la palabra imposible. A eso de las tres y cuarto de la tarde de ayer, telefoneé al colega Siro López por un asunto pendiente: "Compañero, tenemos que vernos la próxima semana para concretar lo de esa peña madridista que quiere que vayamos juntos a su cena de aniversario".

Le noto algo excitado y seguimos hablando del pan nuestro de cada día: el culebrón Cristiano. "Siro, lo de este chico es una locura. Ojalá lo fichen ya". Mi compañero rompe a reír y me deja de piedra: "Tomi, no te lo vas a creer. He estado con él hace diez minutos. Y si te digo que estoy en Capri pensarás que me estoy quedando contigo. Pero es el cumpleaños de mi mujer y le prometí celebrarlo aquí".

Siro y su esposa estaban delante de la puerta del restaurante Lo Zodiaco cuando ella dijo: "Mira, es Cristiano Ronaldo". Siro creyó que se refería a un cuadro o a una fotografía del crack, pero se giró y ahí estaba el hombre más buscado por toda la prensa deportiva. Y le hizo la pregunta del millón: "¿Te vienes al Madrid?". Sonrisa y guiño cómplice del portugués: "Todavía no lo sé, amigo".­