Quaresma ha sido de nuevo una de las piezas claves del Oporto esta temporada, aunque no la única. Se valora su fantasía con el balón, sigue siendo el jugador más carismático del club, con una de las técnicas más admiradas y el preferido de las chicas. Sin embargo, en esta época hemos podido comprobar que la relación que mantiene con los aficionados es algo complicada. Quaresma busca siempre la forma más difícil de hacer las jugadas y cuando las cosas no salen como se esperaban, el público pierde la paciencia. De ahí los silbidos escuchados en el Estadio do Dragão. Pero ello no ha impedido reconocer su gran rendimiento, con ocho goles en Liga y alguno de ellos vitales para las victorias de su equipo, una de ellas ante el Benfica, en el Estadio da Luz.

Hace un año hablar de la salida de Quaresma del Oporto era algo dramático para los portistas, se pensaba que sin él la Liga podría correr peligro. Hoy la situación es diferente y hay nuevos líderes como Lisandro o Lucho González que también dan seguridad. Oficialmente nadie habla pero cuando preguntas a la gente de Oporto te dicen que Quaresma será uno de los dos jugadores que el club piensa vender. "Su salida es inevitable, falta saber el equipo y por cuánto dinero", me dicen, e incluso se piensa que Pinto da Costa estaría dispuesto a bajar la cláusula de 40 millones para vender al futbolista. Todo está por ver, pero en la ciudad invicta se da casi por hecho que el jugador acabará por irse al Real Madrid. Aunque hay equipos ingleses detrás...