Exhibición del Murcia de Aquino

Primera | Murcia 4 - Espanyol 0

Exhibición del Murcia de Aquino

Exhibición del Murcia de Aquino

El Sub-19 lideró la ofensiva de los grana. Horrible el Espanyol. Iván (2), Abel y Richi, goleadores. La grada despidió a los locales entre olés y vuelve a soñar

El 'EuroEspanyol' parecía el equipo que huele a Segunda y el Murcia, el aspirante a UEFA. En el Domingo de Resurrección, después de diez semanas sin ganar, el Murcia de Clemente se merendó a un once blanquiazul que parecía 'estar de puente'. Que sabemos que se presentó en Nueva Condomina porque así lo refleja el acta, porque son muy llamativas las caras de los Tamudo, Valdo, Riera y compañía, pero que estuvo sin estar. Sólo de presencia. Ni de ánimo, ni de juego y mucha culpa de la debacle españolista, del fenomenal resurgir del Murcia, la tuvo un chaval de sólo 17 años, Dani Aquino -el socio de Bojan en las inferiores de España- al que fueron incapaces de frenar ninguno de los jóvenes-experimentados zagueros de esta versión mala del Espanyol que se dejó ver por Murcia.

'El Torito' hizo lo que parecía imposible: poner patas arriba la grada, hacer que la sufrida afición grana despidiera a los suyos entre una salva de aplausos (con olés y haciendo la ola) y lo que es más importante para este Murcia que todavía continúa en la UVI, hacer soñar con el milagro, con el más difícil todavía a un pueblo deseoso de ver ganar a los suyos.

Cuando se fue mediado el segundo tiempo 'por la puerta del Príncipe' (hasta en eso es bueno: salió como un 'perro viejo' perdiendo tiempo mientras disfrutaba de su primera gran ovación, de su primera gran tarde) ya había hecho su trabajo y había dejado sentenciado el partido. A saber: le puso a Iván Alonso la pelota entre los dos centrales del Espanyol en la jugada que dio origen al primero y que el charrúa transformó desde los once metros, habilitó a Abel nada más arrancar la segunda mitad para que éste se la pusiera en bandeja de nuevo a Iván, arranca la jugada del penalti que dio origen al tercero y además de todo eso, que lejos de ser poco es toda una barbaridad que a más de uno le daría fuerzas para no entrenar en un mes, inyectó desde el minuto uno de desparpajo, de fe, de desborde, de fútbol del bueno a un Murcia que ganó jugando bien. Ganando las bandas, apoyándose en un soberbio Kabous (el otro gran triunfador de la tarde) y recuperando para la causa a tipos como Abel, Movilla, Iván, Mejía...

Está por ver que el chaval y el propio Murcia tengan esa continuidad a la que además están obligados después de dos meses y medio 'sin oler' un triunfo, pero lo que está claro es que este Aquino tiene cosas de gran pelotero. Es de ese tipo de jugador capaz de levantar el solito a un equipo mortecino, es de esos pocos futbolistas con un no sé qué especial, de esos a los que la grada va a ver por muy desencantada que esté (que lo estaba) con su equipo, de esos hallazgos que aparecen de tarde en tarde y que nadie se quiere perder y que nos devuelven al fútbol en estado puro. En el que los buenos, más allá de sistemas, demuestran que lo son y hacen con su fútbol mejores a los suyos. Ni Zabaleta ni David las veces que cambió de banda, le pudieron parar.

Desaparecido Espanyol. Y eso que aparentó en el inicio que venía a hacer buena la lógica de la clasificación. Presionando muy arriba, acumulando futbolistas cerca de Carini (gran partido del internacional charrúa. Siempre muy atento) los de Valverde sólo aguantaron diez minutos. El tiempo que los grana se deshicieron de los nervios, el tiempo que Kabous necesito para tomar el mando -se comió al mediocentro rival él solo-, lo que tardó el equipo de 'Javi' en percatarse que iba a ser el día, su día, el partido con el que poner fin al vía crucis, justo el Domingo de Resurrección.

Como ocurre casi siempre que un equipo termina goleando al oponente, es complicado calibrar si fueron más los méritos de un Murcia con el que nadie contaba o si por contra fue la nula resistencia 'perica' la causante del atropello... Quizás las dos cosas. Todo le salió de cara al Murcia, que vivió su partido más tranquilo en años, que consiguió una goleada histórica y que no vio en ningún momento peligrar una victoria a la que el Espanyol solo optó con penosos saques de falta y con un par de intentonas de Tamudo en los minutos de la basura. Un argumentario pobrísimo para un Espanyol 'de ruina'. A la tercera fue la vencida para el Murcia de Clemente al que Aquino le regaló una dosis de ilusión que como mínimo aguantará para jugarse media permanencia el domingo en Coruña. El Espanyol, a olvidar pronto... el Murcia a recrearse con un domingo tan increíble como inesperado. Es el fútbol.