Infierno nórdico

Liga de Campeones | Grupo B | Rosenborg 2 - Valencia 0

Infierno nórdico

Infierno nórdico

Alberto Iranzo

Los de Quique se fueron de vacío de Noruega tras completar un partido penoso. El Rosenborg llevaba seis años sin ganar en Champions en su estadio, y lo celebraron por todo lo alto. El Valencia termina la primera vuelta de la fase de grupos como colista, mientras los noruegos se colocan segundos.

El Valencia llegó a Noruega pensando en pasar una noche fría pero cómoda, ante un rival menor y en un estadio acostumbrado a ver pasar a los mejores equipos de Europa llevándose los tres puntos (no ganaba en casa desde 2001), y se encontró con un infierno nórdico. No fue superior a los noruegos en ningún momento, quizá solo durante el último cuarto de hora, cuando el partido estaba más que perdido.

Ante la ausencia de Villa, lesionado en su tobillo izquierdo y rebotado con los médicos del club, Quique Flores optó por una solución cuanto menos sorprendente: colocó a Silva en punta junto a Morientes y dio entrada a Gavilán como extremo izquierdo. Por lo que se vio durante el encuentro no acertó con esta variante, porque los únicos chispazos de calidad por parte de los visitantes llegaron por la banda derecha, la de Joaquín y Miguel.

El Valencia saltó al campo decidido a tomar la iniciativa, pero el Rosenborg le arrebató el balón a la mínima que lo intentó. Los noruegos se fueron creciendo poco a poco, y la dupla Albelda-Marchena no supo reaccionar ni mucho menos imponer su ley en el centro del campo, aunque les puede excusar la falta de movilidad de sus compañeros.

El Rosenborg, muy superior con muy poco

No se explica cómo el Rosenborg, sexto en la liga noruega y en medio de una de las peores crisis de su historia, pudo poner en apuros a un equipo que peleará por la liga española y que en teoría debería estar entre los ochos mejores de Europa.

La diferencia de calidad, casi infinita entre ambos equipos, hay que demostrarla en el terreno de juego, y hoy el Valencia no demostró nada, es más, el Rosenborg le dio un repaso en ataque durante la primera parte. Las cifras hablan por sí solas: al descanso, los locales habían sacado 6 saques de esquina por ninguno del Valencia.

Además, el árbitro, el escocés Craig Thompson, debió recibir un cargamento de naranjas de la huerta valenciana de parte de Juan Soler, porque en el minuto 33 no quiso señalar un penalti clamoroso sobre Razack Traoré por zancadilla de Miguel. El penalti hubiera hecho justicia a lo visto sobre el campo, pero el señor Thompson, ni corto ni perezoso, sacó tarjeta amarilla al africano por "tirarse".

Sin remedio

Al volver del descanso la dinámica siguió siendo la misma, y por una vez hubo justicia divina en el fútbol. En un intervalo de ocho minutos, entre el 52 y el 60, dos llegadas del Rosenborg se convirtieron en dos goles sin mucho esfuerzo: bastó la colaboración de Cañizares y Marchena para firmar la derrota del Valencia.

Fue entonces cuando Quique se decidió a hacer los cambios, que llegaron demasiado tarde. Marchena y Gavilán dejaron su puesto a Baraja y Zigic, pero no hubo mejoría de ningún tipo. Desde el gol de Riseth en adelante, el Valencia se limitó a atacar por inercia, porque el desenlace del encuentro estaba cantado desde hace tiempo.

Lo más grave de esta derrota no es el hecho de perder, sino que el Valencia acaba la jornada como colista de su grupo. El estadio de Mestalla, por donde tienen que pasar todavía el Schalke 04 y el propio Rosenborg, será el que decida la suerte del Valencia en esta Champions.