El Liverpool espera cerrar el fichaje de Fernando Torres la próxima semana. El club inglés está dispuesto a hacerse con los servicios del internacional rojiblanco y no pondrá ningún tipo de impedimento económico para ello. Si el equipo que entrena Benítez pone encima de la mesa 36 millones de euros, el actual jugador del Atlético se marchará a la Premier. Esa operación, en esos términos, interesaría a las partes en cuestión: a la entidad del Manzanares porque cogería una cantidad muy importante de dinero (con la que, entre otras cosas, ficharía un par de jugadores de primer nivel) y al propio futbolista, que vería cumplido uno de sus anhelos. Torres siempre ha dicho que si tiene que marcharse del Atlético lo haría a la Premier. Y el Liverpool es ahora mismo uno de los principales clubes europeos.

Liverpool codicioso.

Vayamos por partes. El Liverpool quiere a Torres y así se hizo eco toda la prensa inglesa en estos pasados días. El amor entre Torres y la Premier viene de lejos. El delantero del Atlético tiene un gran cartel en Inglaterra. Es un jugador joven, goleador, rápido, va bien de cabeza... Benítez le conoce perfectamente. La cláusula del futbolista es de 40 millones de euros, aunque si existe un traspaso al jugador le pertenece el diez por ciento del mismo.

El Atlético le bajó la cláusula la temporada pasada. Antes era de 90 millones de euros, una cifra prohibitiva. Fue un acto de buena voluntad entre club y jugador. 40 millones sí es una cifra que pueden pagar los principales clubes europeos. Pero finalmente pueden ser 36 millones los que tengan la culpa de la salida del Niño a Inglaterra.

¿Y qué dice el Atlético? Oficialmente Torres es jugador de la plantilla, el más importante y el más carismático. El Atlético remite a todos a la cláusula del jugador. El Atlético maneja una lista de tres futbolistas importantes de cara a reforzar el equipo: Quaresma, Forlán (siempre en el caso de que Torres se marche) y Reyes, aunque éste último no es el más prioritario en la lista de refuerzos.

El Atlético esperará movimientos del Liverpool, que se producirán esta próxima semana. El agente de Benítez es íntimo amigo de los dirigentes del Calderón. Un puente seguro entre unos y otros. El Atlético sí espera una cosa: que si Torres tiene que irse que lo haga pronto, con tiempo para reestructurar la parte de ataque del equipo, delantera que siempre ha estado liderada por el Niño.

De vacaciones.

¿Y el jugador? Está de vacaciones, pero informado de todo. Torres está bien en el Atlético, sabe que si gana la eliminatoria de Intertoto puede jugar la UEFA, su vieja ilusión de rojiblanco. Pero a nadie le amarga un dulce y el Liverpool lo es. Año tras año los clubes más importantes de Europa han preguntado por la situación del Niño y la respuesta siempre ha sido la misma. Torres ha sido, una vez más, el máximo goleador del equipo y el jugador sobre el que se han mantenido las esperanzas rojiblancas de jugar una competición europea. Si el Atlético dice que sí a los 36 millones, Torres dará también el sí por respuesta. El problema para las dos partes es no quedar mal ante la afición rojiblanca. Explicar a la hinchada del Manzanares una operación que a todas luces puede ser exitosa para club y jugador. En épocas de vacas flacas, 36 millones se antoja una cifra importante como para no estudiar un traspaso.