El Geta dispara el miedo

Primera | Barcelona- Getafe

El Geta dispara el miedo

El Geta dispara el miedo

enric fontcuberta

Llega hoy relajado ante un Barça sin Etoo ni Puyol.

Tres derrotas y un empate, diez puntos, ha cedido el Barcelona cada vez que ha jugado conociendo un resultado favorable del Real Madrid. Hoy volverá a ocurrir que los blancos jueguen antes, por lo que, en caso de victoria en casa del Levante, toda la presión volverá a ser para el Barça. Barça-Getafe. La última vez le cayeron ocho al equipo madrileño, pero era otro fútbol. Este Geta es otra cosa, un poco porque en la Primera española el más tonto hace relojes, otro poco porque se nota la mano de su entrenador, Quique Sánchez, y finalmente porque, por mucho Barça y mucho Ronaldinho enfrente, las diferencias son notables en la nómina, pero no tanto en el asunto colectivo.

El Getafe llega hoy, como quien va de excursión con los padres escolapios, relajado y con el ánimo festivo. "No soy madridista", dijo Quique, de pasado merengue, y habrá que creerle, lo que no quita que quiera ganar en el Camp Nou y hacer un poco más de historia. Dice el técnico que le parece un pasote exigir al Getafe un triunfo en Can Barça, y quizás lo sea, pero otros tanto o más humildes lo han logrado, así que ¿por qué no?

Además, si no es hoy, ¿cuándo será?. Hoy que Puyol es baja por sanción, hoy que Etoo no juega porque sigue lesionado, hoy que el culé acudirá en masa y quizás hasta llene el estadio, porque no le llega la camisa al cuerpo. Frank Rijkaard, que hasta ahora había interpretado el filme titulado El hombre tranquilo, se ha pasado la semana emitiendo señales de cagómetro disparado: dos entrenamientos a puerta cerrada, charla técnica/bronca el jueves, declaraciones contra los jugadores en la prensa culé, 45 minutos de vídeo para corregir la estrategia, pique con dos periodistas en un coloquio, concentración de los convocados ayer, ¡que viene el Getafe!

Y sí, viene el Getafe, tranquilo y confiado, con nada que perder, sin primas... El culé mira de reojo. ¿Será posible?

Motta acaba su vía crucis siete meses después

Aunque lo más probable es que no juegue, sólo poder sentarse en el banquillo le sabrá a gloria. Thiago Motta se sintió ayer como un niño con zapatos nuevos al conocer su entrada en la convocatoria, tras siete meses de baja y a pesar de que sólo ha jugado un partido amistoso contra los filiales del club para probarse. El italo-brasileño insistió en que "los entrenamientos del equipo han sido lo suficientemente intensos" como para calibrar el grado de adaptación de la rodilla, maltrecha en una grave lesión en septiembre. "Quiero disfrutar del momento. Ahora me encuentro muy bien. Si entro en el equipo, disfrutaré de los minutos que juegue", dijo Motta, que recordó los días siguientes a la grave lesión como los peores de su vida: "Tuve que asimilar lo que me estaba pasando, y no fue fácil estar todo el tiempo soñando con volver".