España baja la persiana en Skopje

El fútbol español echa hoy el cierre de la temporada con este partido equívoco, que parece poco pero es mucho. Al Mundial sólo va directo el campeón de grupo. Ser segundos lleva a una incierta repesca. Nos lo jugamos con Italia, a la que empatamos en su casa y recibiremos el 2 de septiembre en el Bernabéu. De momento vamos empatados a puntos. Tanto España como Italia tienen una cosa segura: cualquier tropiezo en los partidos externos a su duelo directo puede resultar decisivo. Así que en Macedonia hay que ganar, por mucho cuerpo de vacaciones que tengan algunos, por mucho que otros estén resacosos de celebraciones.

Macedonia no es gran cosa. Su único jugador conocido internacionalmente es el veterano Pandev. Para este partido, incluso prescinden de su buena generación Sub-21, que tienen en reserva para el inminente europeo, así que no quieren arriesgar ninguno en este partido. Pero hoy en cada esquina del fútbol se esconde un tropiezo, porque cerrarse y complicar lo sabe hacer cualquiera. Para los macedonios, este partido es una papeleta para la gloria. Para los españoles, un engorro pasado de fecha. La preocupación de Lopetegui estos días ha sido activar el espíritu competitivo de sus jugadores, que el calendario ha tendido a adormecer.

Lopetegui ha desvelado ya hace tiempo cuál es su equipo-tipo, que es el que esperamos ver hoy. Las únicas alternativas han sido Thiago o Koke, según el día, y el delantero centro, donde Diego Costa tiene ventaja pero Morata aprieta lo suyo. Luego está Isco, que viene a más y empuja a Vitolo o quizá a los propios Thiago y Koke. Cualquier alternativa es buena. Llovía fuerte anoche, así que el césped de ese estadio que lleva el nombre del padre de Alejandro Magno podrá estar movidito aunque se hagan los despistados para regarlo. Es fácil de imaginar lo que ocurrirá: partido de una dirección y mucho cerrojo. Pero espero que salga bien.