Benzema no bastó...

Malos augurios. Nada más conocer las alineaciones, una sacudida dejó a la afición madridista desconcertada: “Danilo titular antes que Carvajal”. Salvo que el canterano hubiese tenido una úlcera sangrante, nada hubiera justificado su suplencia. Danilo es voluntarioso, paquidérmico y limitado. Carvajal es explosivo, velocísimo y espléndido arriba. Explicaba Butragueño que el madrileño tenía unas décimas de fiebre. Pues ojalá los once futbolistas del Madrid actuasen siempre con esa maravillosa fiebre porque el chaval se salió cuando irrumpió en el tramo final. Zidane, que está ganando credibilidad con sus diáfanas comparecencias de Prensa, dijo la verdad: “No tenía nada. Empezó Danilo y ya está”. Dice un proverbio hindú que “cuando hables, procura que tus palabras sean mejores que el silencio”. Mi admirado Butragueño quiso frenar un debate mediático y futbolístico, pero Zizou no está para poner paños calientes. Apostó por Danilo y punto. Un error, como quedó reflejado en los estupendos minutos que nos regaló Carvajal cuando salió por el brasileño. Hubo otro presagio negativo. La indumentaria gris. Horrenda y, encima, dificultaba la visión por televisión. Además, gafó al equipo en el primer tiempo. En ese primer acto del Benito Villamarín, fue un Madrid GRIS. Pues eso. Tercer presagio negativo. En el once inicial del Madrid, ni un canterano y un solo español (Isco). Eso me trasladó al Clásico, donde pasó igual (pongan a Ramos en vez de al malagueño). En el banquillo había ayer seis canteranos (Carvajal, Nacho, Casilla, Casemiro, Lucas Vázquez y Jesé). Como era de imaginar, cuando entraron Carvajal y Jesé todo mejoró bastante. La cantera te da identidad, compromiso y fiereza competitiva. Lo que faltó hasta el descanso...

Musho Betis. Tampoco hay que quitarle méritos al Betis. A pesar de su zozobra institucional, Merino ha recuperado el ardor guerrero de los verdiblancos. Así llegó el golazo de Álvaro Cejudo, un currante que nació en Puente Genil hace 32 años (los cumplirá este viernes). Su pedazo de gol lo hubiera firmado Cristiano en sus buenos tiempos. Y digo buenos tiempos porque ahora no lo son para el portugués. Erró un gol en el primer tiempo de los que él no perdonaba ni en sus peores pesadillas. No estuvo fino en el remate. No le entran. No es determinante. No es Cristiano.

Allez Karim. La otra cara de la moneda la pone Benzema. El goleador con mejor promedio de la Liga. El delantero que tiene todas las luces de su talento encendidas. Su partido fue de manual. Provocó el penalti claro que le hizo Petros y que Munuera pasó de pitar (lo vio, estaba a dos metros de la jugada), y marcó el 1-1 de la esperanza (previo fuera de juego de James no señalado). Karim, Modric, Carvajal y Marcelo pusieron su arrojo, su calidad y su empeño en una media hora final arrolladora del Madrid. Pero allí estaba Adán. El de Mejorada del Campo firmó su particular revancha. Olé por el capitán del Betis. Le sacó una mano increíble a Benzema y otra a James que eran dos goles hechos. Porterazo.

No hay que rendirse. Eso me trasladaron, tras el decepcionante empate, mi amigo Emilio de la Peña Ciudad de Almagro, los de la Peña Isla de León ‘Rafa Gordillo’ de San Fernando (Cádiz), la Peña Espejo de Córdoba y la señora María, del Asador La Asomadilla de Pedro Bernardo, y su hijo David, héroe del equipo paralímpico de hípica. Toda esa buena gente no se merece llevarse estos disgustos. Ay, mi Madrid...