Escándalo en el Chaves-Estoril: intentos de agresión, dos expulsados y un empate bochornoso

La liga portuguesa sufrió este domingo un episodio bochornoso muy lejos de los valores que debe de transmitir el deporte. Una tarde negra la sufrida en Portugal. El Estoril, gran afectado por lo ocurrido en su partido ante el Chaves, reclama justicia ante los “gravísimos episodios ocurrido en Chaves es consecuencia de la falta de sensibilidad y fuerza para tomar las mejores decisiones en defensa del espectáculo y de la verdad deportiva”. Tomarán acciones legales para garantizar la justicia con sus jugadores.

El Chaves y el Estoril se medían en un intenso partido por evitar el descenso en el estadio del primero. Cuando el choque iba 1-2 a favor del Estoril y a falta de dos minutos para concluir el partido, un grupo de aficionados locales saltaron al césped con la intención de agredir a los jugadores visitantes del Estoril. Y lo consiguieron. Se dieron momentos de muchísima tensión, con encontronazos entre jugadores de los dos equipos, los energúmenos que invadieron el campo y la Policía portuguesa, que no daba a basto para sofocar todos los altercados. Los jugadores del Estoril, Marcelo Carne (portero) y Pedro Álvaro, fueron expulsados por el árbitro ya que reaccionaron violentamente (se vieron patadas voladoras) a los intentos de agresión de los hinchas locales.

Cuando se calmaron los ánimos (tras 15 minutos de incidentes), el colegiado Almeida decidió que se debían de jugar los tres minutos que quedaban por disputarse pese a las inertes protestas del Estoril que tenían que afrontar los minutos de prolongación con dos menos y con un jugador de campo como portero (habían agotado los cambios). En la última jugada, el Chaves logró el tanto del empate definitivo 2-2 culminando el escándalo sufrido en el Estadio Municipal de Chaves. La indignación en la expedición del Estoril es máxima. Toda la prensa portuguesa se hace eco, avergonzada de los ocurrido en el Chaves-Estoril.

Hasta seis personas (cuatro hombres y dos mujeres) fueron puestas a disposición judical tras ser detenidas tras el encuentro por las agresiones a los jugadores del Estoril. El equipo visitante reclamó justicia en un comunicado y afirmó que el agresor fue el que finalmente sacó ventaja de sus actos con el empate del Chaves. “El fútbol profesional debe dar ejemplo al fútbol no profesional sobre cuáles son las mejores prácticas y comportamientos a adoptar, y no al revés. Este fin de semana, un jugador fue agredido por un individuo que estaba viendo el partido y, a pesar de que todavía quedaba mucho tiempo reglamentario, se tomó la decisión de detener inmediatamente el partido. Lo mismo pasó en la Liga Betclic, pero se decidió reanudar el partido. Un equipo se benefició y el agresor fue el que obtuvo la ventaja.

Dada la gravedad de los hechos, Estoril Praia considera incomprensible e inaceptable que el partido no haya terminado definitivamente. Estoril informó al árbitro de la situación de inseguridad que sentían sus jugadores y su equipo técnico, solicitándole que concluyera el partido, al entender que los atletas ya no estaban en condiciones mentales y emocionales para volver a competir. Incluso después de la decisión del árbitro de reanudar el partido, se arrojaron objetos al campo, lo que demuestra que no se cumplían las condiciones de seguridad necesarias. Las fuerzas de seguridad son responsables de la seguridad del campo de juego, pero es el árbitro quien decide el estado de ánimo de los jugadores, como ocurrió recientemente en el partido de la Serie A italiana entre Udinese y Roma en abril de 2024, cuando el árbitro decidió suspender definitivamente el partido después de que un defensa de la Roma se desplomara sobre el campo en el minuto 70 de partido, al entender que los jugadores no estaban en condiciones anímicas para continuar. Permitir que el partido continuara provocó un enorme daño deportivo a Estoril y a la competición, lo que representa una señal errónea de que se pueden tolerar actos de violencia en el campo.

Estoril Praia está tomando medidas legales para garantizar que se haga justicia en defensa de sus atletas, de sus miembros y también en el mejor interés del fútbol profesional portugués. La capacidad de decisión y reacción de todos los implicados en las competiciones profesionales debe ser implacable. Estoril Praia busca, sobre todo, la justicia y la defensa del fútbol profesional en Portugal. El gravísimo episodio ocurrido en Chaves es consecuencia de la falta de sensibilidad y fuerza para tomar las mejores decisiones en defensa del espectáculo y de la verdad deportiva”, reza el comunicado del Estoril.

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