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ATHLETIC 0 - VALENCIA 0

Tablas en Bilbao que no sacan a nadie de pobre

Partido muy táctico entre Athletic y Valencia, con más músculo que ocasiones. Williams trató de ejercer de revulsivo entre los reiterados 'empatadores'.

Actualizado a
Tablas en Bilbao que no sacan a nadie de pobre

Aunque parecía un territorio prohibido el de un nuevo empate entre dos equipos que tanto han sobado las tablas este año, porque el botín no les sacaba de pobres, al final Athletic y Valencia se aferraron a eso de que 'un punto es un punto'. El fútbol siempre se interpreta según el resultado final. Siendo ajeno a este, los planteamientos iniciales invitaban a pensar en un control casi carcelario del medio campo en el choque de San Mamés.

Berizzo, adalid en la previa de la energía y la agresividad por encima del solfeo futbolístico, ensayó en la medular con el cemento armado de San José-Dani García-Rico (diez minutos llevaba hasta la fecha éste con el Toto), un blindaje a prueba de bomba, trivotazo dispuesto como tres jugadores en el 4-3-3 en el que el exarmero figuraba en el corazón de esa línea llevando el timón, flanqueado por sus compañeros. Esta es la revolución: de los violines a los tanques, se ha dado cuenta de que la propuesta estética de momento no cuadra con las herramientas que tiene. Y Marcelino fue tejiendo su habitual tela de araña, acariciando el gato en el banquillo con un nuevo plan con aire maquiavélico para desesperar al contrario. Tenía algo parecido, tres jugadores con mucho poderío en la recuperación: Coquelin, adaptado a una banda, Kondogbia y un Parejo que es distribuidor pero también aparra el pico y la pala cuando el balón no le pertenece. A los eternos ‘empatadores’ (13 entre los dos equipos en los 18 partidos que habían jugado) no les valía firmar unas tablas, aunque ese punto es un botín incalculable cuando uno anda con tiritona.

Fue un partido muy táctico. El 4-3-3 local es de libro, con permutaciones de los jugadores cuando salen de su zona, que hace ver a Aduriz en una banda para preservar el dibujo si el que ocupa esa parcela la abandonaba unos instantes. El sistema por encima de las características del futbolista. Y Marcelino mantiene rígida su idea, con la gente muy juntita y perfectamente plantada. Se propuso enfriar el choque, midiendo su fútbol; durante una hora y lo consiguió, porque apenas pasó nada. Primero ambos se miraron a los ojos para estudiarse en la universidad de San Mamés y en un período posterior un rosario de faltas impidió que se jugase más de un minuto seguido.

El descanso llevó a un tiempo de reflexión, en el que Berizzo planteó variar el panorama con un juego más decidido. Empezó a conjugar la idea de percutir por un lado, con su músculo, y tocar por otro... algo más elástico. Marcelino sacó de la refriega a un Batshuayi que estuvo desastroso, y se inclinó por un Gameiro más rápido a la espalda de la defensa. De repente y de forma inopinada, el partido entró en combustión. El Athletic entendió por fin que debía explotar sus bandas, es decir, generar por dentro y airear junto a la línea de cal. Raúl tuvo un centro y Rico, que para eso había salido, explotó sus virtudes entrando en segunda línea para rematar en el área. El partido amagó un traje de ida y vuelta al fin, algo que convenía a los locales, que activaron la bala de Williams como la penúltima opción.

Raúl García remata un balón.
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Raúl García remata un balón.Ion Alcoba Beitia©GTRESONLINE

El Valencia tuvo la suya, la que llevaba labrando largo tiempo. Un centro al área llegó claro a Rodrigo, que remató de cabeza y obligó a una felina intervención de Herrerín, ayudado por el larguero. Gameiro recogió el balón suelto posterior, en fuera de juego, y lo alojó en la red. Lo vio claro el auxiliar y se revisó en la planta alta del VAR y se anuló. Al mismo tiempo, se repasó  una mano de Yuri en esa jugada, aunque estaba pegada y no parecía penalti. Raúl tuvo una para dinamitar el destino, con la ocasión más clara tras saque de falta, pero la suerte estaba echada. En el tramo final, el cuadro ché no quiso perder lo que había ganado, el punto, y el Athletic empezó a meditar lo mismo. Los reyes del empate mantienen su corona. El síndrome no cesa.

Marcelino

Marcelino García Toral, entrenador del Valencia, lamentó la igualada en San Mamés frente al Athletic Club (1-1) porque los ocho empates en diez partidos en lo que va de curso liguero suponen una "losa" para su equipo, pero dijo que la manera de competir en Bilbao demuestra que su conjunto "no está es crisis".

"Un equipo en crisis no compite como hoy lo ha hecho el Valencia. Jugar en San Mamés es complicado y más cuando este año el Athletic marca al hombre porque hay que ganar duelos para generar situaciones de peligro. Y cuando el rival hace tan pocas y nosotros también pocas, pero claras, merecemos ganar", dijo el técnico valencianista.

Marcelino incidió en que el Valencia dispuso de "una oportunidad clarísima en la primera parte y de otra en la segunda", y que eso debió ser suficiente "para ganar".

El entrenador añadió que la alineación del Athletic no le sorprendió porque "no modificó nada respecto a jornadas anteriores" en cuanto a su planteamiento, aunque sí señaló que "no es habitual" que el conjunto de Eduardo Berizzo disponga un centro del campo "muy físico" como el formado por Dan García, Mikel Rico y Mikel San José.

"Para nosotros los empates son una losa. En diez jornadas llevar ocho empates no es habitual. Llevo 15 años como entrenador profesional y nunca había empatado tres o cuatro partidos seguidos", reconoció.

Berizzo

Eduardo Berizzo, entrenador del Athletic Club, se mostró "satisfecho" con el partido de su equipo contra el Valencia, a pesar del empate (0-0) cedido en San Mamés, porque ofreció una "versión muy sólida" y "dio un paso adelante en la idea de recuperar la presión" sobre el rival.

"Hay que destacar la agresividad, el gran esfuerzo colectivo, la presión en el centro del campo y la fortaleza defensiva para mantener portería a cero. Hemos mostrado una versión muy sólida contra un rival que lo mínimo que le dejas te factura y eso me agradó", explicó el entrenador argentino.

Berizzo añadió que sus futbolistas fueron "prácticos" y admitió que el juego de ataque del Athletic "es mejor con más vértigo que con elaboración". "Cuando construimos el juego pecamos de horizontales y cuando nos volvemos más verticales los ataques son mejores, pero la orden no es que no juguemos más al fútbol. Necesitábamos recuperar la presión y en ese sentido hemos dado un paso adelante", incidió.

Berizzo reconoció también que le gustaría encontrarse en una posición "más cómoda" en la clasificación", pero señaló que para "ganar partidos" necesitan "encontrar solidez" porque cuando juegan "de una manera intensa y vertical" son un rival "difícil de parar".

El técnico rojiblanco, por último, alabó la "actuación convincente" de las dos principales novedades en su once, Mikel Rico y Mikel San José, que se estrenaban ambos como titulares esta temporada.

"La gran solidez defensiva del equipo pasó por el trabajo de Rico y San José sobre Parejo y Kondogbia. A partir de que ellos dos no jugaron -los dos valencianistas- nuestro equipo mejoró", destacó Berizzo.

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