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ALBACETE 2 - ZARAGOZA 2

Justo reparto de puntos en el Carlos Belmonte

Una parte para cada equipo. Rey Manaj y Verdasca, en propia puerta, marcaron para el Albacete; Marc Gual y Álvaro Vázquez, goleadores del Zaragoza.

Actualizado a
Justo reparto de puntos en el Carlos Belmonte

El Zaragoza hizo de la necesidad virtud y, a diez minutos del final, logró empatar en el Carlos Belmonte un partido que tenía perdido. Su primera parte fue otra vez calamitosa e infortunada, con un nuevo gol en propia puerta, pero una espléndida reacción tras el descanso le permitió igualar el marcador y traerse de Albacete un punto merecido que le da cierta tregua a Imanol Idiákez y evita, de paso, que se enciendan todas las alarmas.

Idiákez revisó su librillo y su alineación y le dio una vuelta a su equipo en busca de la reacción con hasta tres cambios ––Perone, Papu y, especialmente, Eguaras, que saltó a la titularidad sin haber disputado un solo minuto desde el final de la pasada temporada por una pubalgia––. Pero el Zaragoza fue durante toda la primera parte un quiero y no puedo.

El Albacete, que tuvo la baja de última hora de su portero titular Tomeu Nadal por una gastroenteritis, salió como tiro y golpeó a los tres minutos con una jugada de pizarra: Erice sacó desde la divisoria una falta a la espalda de Lasure, Acuña centró al corazón del área y Rey Manaj fusiló el 1-0 con un empalme a bocajarro. Un gol en tres toques que dejó en evidencia al Zaragoza y le hizo estar a remolque todo el partido.

El Albacete afirmó su dominio y no tardó en propiciar el golpe de gracia al duelo. A los 19 minutos, Verdasca envenenó un lanzamiento de esquina de Eugeni, al que sólo acudió a rematar Rey Manaj, y la pelota se coló ante la incredulidad de toda la zaga del Zaragoza.

Y para hacer la desgracia completa, en apenas dos minutos, del 36’ al 38’, se marcharon lesionados Papu y Verdasca, lo que obligó a Idiákez a gastar dos cambios (Marc Gual y Grippo) antes de llegar al descanso.

Pero el Zaragoza fue otro muy distinto en la segunda parte, liderado por un Pombo que hizo diabluras entre líneas y le metió el miedo en el cuerpo al Albacete. Después de dos serias advertencias, Marc Gual acortó distancias en el 53’ y reabrió definitivamente el partido. Y mientras menguaba el Alba no dejaba de crecer el Zaragoza. Y así, a diez minutos, del final Álvaro Vázquez marcó un gol de bandera, después de un control maravilloso. El 2-2 le hacía justicia al empeño y a la determinación de un equipo que parecía sentenciado y se levantó a lo grande.

Cristian Álvarez hizo la parada de la noche a cabezazo de Ortuño en el 84’, pero el duelo acabó en el área del Albacete.