La fragilidad del Almería, una bendición para el Reus

Con un Lekic como el de ayer, el objetivo de la permanencia debería estar hecho para el Reus. El serbio cuajó un gran partido, se echó a su equipo a la espalda y, de haber estado más acertado, habría sentenciado el partido él solo. Colaboró también el despiste generalizado del Almería, incapaz de sacar el balón jugado o de tirar bien la línea del fuera de juego.

El conjunto andaluz presionó arriba al Reus, conscientes de que Lekic difícilmente sería capaz de ganarle la espalada a una línea defensiva muy adelantada. No lo hizo al inicio, pero sí que bajó absolutamente todos los balones aéreos que le llegaron, y le ganó la espalda a Trujillo en el primer gol del partido. Un tanto que vino precedido de una concatenación de errores de los visitantes, que permitieron al Reus habilitar a Yoda para que encarase a René. El meta visitante se precipitó en la salida y Trujillo no rechazó el balón. Lekic, que dejó patente su olfato goleador, la empujó al fondo de la red desde el segundo palo. La conexión del serbio con Carbia, de hecho, fue el principal argumento ofensivo del Reus mientras que en el Almería Pozo y Alcaraz, con un disparo lejano, fueron los únicos que trataron de inquietar al Reus. Lekic, al borde del descanso, pudo marcar el segundo en una jugada personal.

El dominio local y la fragilidad defensiva del Almería tuvieron continuidad tras los primeros 45 minutos, y otra vez Lekic gozó de dos acciones para aumentar la distancia en el marcador. También lo pudieron hacer Haro y Yoda (tras una magnífica jugada) pero René sostuvo a su equipo. Con una línea defensiva de cuatro (entró Verza) el Almería siguió sin ser capaz de controlar nunca a los delanteros del Reus que perdonaron el segundo en numerosas ocasiones. Pese a ello los andaluces siguieron en el partido, y Soleri, en el 86’, tuvo una opción muy clara para igualar el encuentro.