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GRANADA 0 - NÀSTIC 1

El Granada tiembla y sufre su segunda derrota seguida

El Nástic se lleva los puntos del fortín de Los Cármenes sin apenas chutar a portería. Machís falló un penalti en la recta final.

Actualizado a
El Granada tiembla y sufre su segunda derrota seguida

Al Granada le han temblado las piernas cuando se ha visto a tiro de piedra del ascenso directo y los aficionados vuelve a tener dudas sobre la suerte de un equipo que era casi inexpugnable en su campo, pero que ante el Nástic dio otro ‘petardazo’ similar al de partidos como el que perdió con el Sevilla Atlético en la primera vuelta. Los catalanes se llevaron los puntos de Granada lanzando muy poco a portería y con un gran protagonista en las filas de Stole Dimitrievski, que regresó a la que fue su casa para pararlo todo. Tras la derrota en Lugo, los de Oltra entran en un bache en el momento crucial del campeonato, y justo antes de visitar a un rival directo, éste sí, como el Oviedo. Pero estaba claro que no era el día del Granada, que incluso falló un penalti a cinco minutos para el final, que de haberlo marcado Machís hubiera dejado el patinazo en algo menos grave.

El Nástic demostró en el primer acto y durante todo el choque, a fuerza de orden, disciplina táctica y atención sobre los rojiblancos, el por qué de su condición de ‘coco’ a domicilio. Pero para ser peligroso fuera de casa no basta con encerrarte bien, tienes que disponer de veneno arriba y talento a la contra. Los de Nano Rivas demostraron tenerlo pues, pese a no dominar la posesión y acercarse poco por las inmediaciones de Javi Varas, fue capaz de perdonar un gol, en un cabezazo de Barreiro que se estrelló en el palo, y anotar el tanto que abría el marcador. Los rojiblancos se mostraron incómodos, con poca continuidad en sus acciones y sin encontrar nunca a Adrián Ramos, pese a que buena parte del juego ofensivo de los locales llegó con centros o bien de Machís o bien de Agra.

El Nástic se plantó en Los Cármenes con dos delanteros y casi todos los demás se ocuparon mucho más de contener que de atacar, conscientes del rodillo que habitualmente emplea el Granada en su campo. Les salió muy bien. Los de Oltra dieron la sensación de pensar que el fruto caería de maduro y se mostraron pacientes en la construcción, se diría que con menos chispa que de costumbre. Machís entró poco en juego, como Ramos, mientras que Peña cayó muchos metros para participar y Kunde compareció con muchas ganas de chutar desde lejos, arte que domina bien, aunque con la mirilla desviada.

Barreiro avisó en el 17’ tras un buen centro de Tete desde la derecha, que el ariete cabeceó al palo tras ganarle la partida a Chico Flores. El cuero se paseó por toda la línea de gol sin que nadie llegara a rematarla. El Granada había chutado tres veces en los diez primeros minutos, y en la primera clara que habían tenido los catalanes rozaron adelantarse en el electrónico.

Álex Martínez intentó sorprender en una falta lateral que botó directa en el 19’, pero apareció uno de los mejores hombres del Nástic, o el mejor, en Los Cármenez, el arquero macedonio y ex rojiblanco Stole Dimitrievski. Seis más tarde de nuevo se mostró para salvar otro intento de falta, esta vez de Kunde.

El Nástic parecía sentirse cómodo pese a no tener el cuero y volvió a acercarse poco antes del 0-1, cuando Omar empalmó el cuero en el segundo palo, sin suerte (32’). En la siguiente, con el mismo protagonista, llegaría el gol. La acción partió de un despiste de Chico Flores, que perdió el cuero cerca de la medular ante Barreiro, quien cambió la orientación del balón hacia la izquierda, donde recibió Omar, condujo el balón y se metió en el área con la oposición de Víctor Díaz y la ayuda de Chico. Omar amagó una bicicleta y chutó raso, pegado a la cepa del palo izquierdo de Varas, que no vio la bola y no pudo evitar que se fuera al fondo del arco.

El gol no sentó bien al Granada, que hasta el descanso se mostró tocado y comenzó a sentir ansiedad. Con todo, puedo igualar poco antes del descanso, con una acción ensayada de córner que Peña no remató con todo a su favor, en la misma línea de gol.
Todo fueron nervios en el segundo acto para los locales, que no les fue bien yendo contra el crono. El reloj pareció pasar muy rápido para los aficionados, que se fueron enfadando a medida que avanzaba el tiempo sin frutos para su equipo. El Granada siguió careciendo de continuidad en sus acciones y echaba en falta el talento de sus mejores hombres. Oltra movió pronto el banquillo y dio entrada a Joselu, pasando Peña a la posición de medio centro. Con el onubense pareció mejorar algo la presencia en el área e incluso en su primer balón el cuero besó las mallas, aunque en claro fuera de juego.

A falta de media hora Agra dispuso de una buena oportunidad, pero se encontró por partida doble, tras sendos disparos, con el enorme Dimitrievski, que realizó dos grandes paradas. Las acciones de peligro real se escalonaban en el tiempo al ritmo que el Nástic se sentía más cómodo defendiendo. La figura de Barreiro arriba inquietaba en alguna contra esporádica. Chico Flores tuvo el empate de cabeza en el 77’, tras un córner botado largo por Víctor Díaz y un posterior centro que el gaditano cabeceó a bocajarro, de nuevo a las manos del portero.

Faltaban por llegar dos ‘uys’ para la grada. Con Pedro ya en el campo, éste hizo un buen centro desde la derecha que no acertaron a rematar ni Adrián Ramos ni Joselu, con todo a su favor. El segundo casi gol de los locales llegó en el 85’ desde el punto de penalti, tras una cuestionable pena máxima pitada por Pulido Santana por falta de Assoubre. Machís quiso ajustarla tanto al palo que estrelló el cuero en el poste, terminando de amargar la tarde a los más de 8.000 aficionados locales que se atrevieron a desafiar a la lluvia.